Los supuestos de las ideas innatas del racionalismo, sus axiomas lógicos, afirmando que lo decisivo son las sensaciones que se producen en la experiencia con los objetos. Las cualidades de estos son de dos clases:
- Cualidades primarias (extensión, figura, magnitud, posición, reposo o movimiento) perceptibles por varios sentidos, cuyas representaciones son las únicas que poseen valor objetivo.
- Las cualidades secundarias (colores, sonidos, olores, etc.) que dan lugar a la reacción de un sentido estimulado desde el exterior, son meramente subjetivas. Ideas es el nombre que Locke emplea para designar el conocimiento. Las ideas simples o particulares representan las cualidades sensibles de los objetos, obteniéndose en un acto de sensación. Ésta comporta una modificación mínima de la mente que, al ser advertida por el sujeto, produce una experiencia interna o reflexión. Las ideas compuestas o generales son derivadas, formándose por asociaciones de sensaciones entre sí y de las sensaciones con las reflexiones, según el principio de la asociación de ideas.
Hume (s. XVIII) distingue dos tipos de fenómenos psíquicos. Las impresiones son estados primarios que se experimentan al ver, oír, tocar, etc. o vivencia de los propios actos o estados, constituyendo los verdaderos datos objetivos, efecto inmediato de la experiencia y verdadero modo de captación de la realidad. Las ideas derivan de las impresiones, siendo meras copias de aquellas, idénticas en su contenido, aunque disminuidas en su vivacidad. Su valor objetivo viene dado por la posibilidad de reducirlas a las impresiones de que derivan. Para Hume hay un principio de conexión entre las ideas, tal que unas introducen a otras en su aparición en la memoria, con cierto método y regularidad.
Como antecedente de determinadas ideas del aprendizaje desarrolladas en s. XX, parece conveniente resumir las principales ideas del empirismo:
- Los objetos constituyen constelaciones de cualidades sensoriales: forma, tamaño, color, sabor y textura, etc., como en el caso de una naranja. Las ideas acerca del mundo derivan de las sensaciones o impresiones sensoriales que se combinan y transforman conforme a las leyes de la asociación, recuperadas del gran Aristóteles. El conocimiento es fruto de la experiencia sensorial y experiencia interna, que permite la formación de ideas a partir de las imágenes proporcionadas por los sentidos, siguiendo las leyes de la asociación, como mecanismo básico del aprendizaje. Se aprende asociando lo que tiende a ocurrir junto, en el tiempo o en el espacio (ley de la contigüidad); lo que es similar (ley de la semejanza) y también lo dispar o que contrasta (ley del contraste). Después se añadirán otros principios o leyes complementarias como las de frecuencia o intensidad.
- La mente es como un papel en blanco (tabla rasa), donde van imprimiendo sus huellas las impresiones procedentes del mundo externo, como copias de las cosas; lo que supone un sujeto de índole receptiva o pasiva en la adquisición del conocimiento, particularmente de las ideas simples o primeros elementos del pensamiento.
- El objeto de estudio es la mente (mentalismo) utilizando el método de la introspección o inspección interior de la conciencia, en que el propio sujeto analiza el flujo y pautas de la experiencia consciente, los procesos mentales y sus elementos simples. Se pretende descubrir la estructura de la conciencia mediante el análisis de sus contenidos y atributos, a partir de la sensación, describiendo sus propiedades, como intensidad, duración, etc.
- La distinción de las ideas por su complejidad en simples y compuestas, análogamente a la composición de los cuerpos, dio lugar a lo que más tarde Stuart Mill consideró una especie de química mental, quedando la vida mental reducida a un atomismo sensista.
Acentuando el indiscutible valor de la experiencia como fuente en la adquisición del conocimiento, los empiristas postulan que la experiencia sensorial constituye el fundamento de todo conocimiento, aunque aluden también a experiencia interna que implica actos mentales de asociación, imaginación, memoria, etc. El empirismo crítico o moderado admitirá que algún esquema o cuadro conceptual ejerce un cierto control y dirección del pensamiento.
Una fuerte crítica al asociacionismo, ya en la primera parte del s. XX proviene del gestaltismo o psicología de la forma, que puso de relieve la índole configurativa, holística o global de la percepción y el aprendizaje por insight, como comprensión súbita. Asimismo señala que la conducta humana incluye propósitos o intencionalidades y que en los procesos psíquicos hay una dirección, regida por el pensamiento.
Continuas teorías del aprendizaje se han ocupado, de un modo u otro, de muchos de los factores del aprendizaje presentes en el asociacionismo, como la naturaleza, el grado o intensidad de las asociaciones, su diferenciación o distinción en la experiencia original, la frecuencia o repeticiones, duración en el tiempo, etc. Con abundante investigación experimental y distintas interpretaciones.
La teoría del condicionamiento en el aprendizaje, sustituyendo asociación de ideas por asociación de estímulos y respuestas, representa la continuación de la tradición asociacionista y constituye la teoría del aprendizaje predominante en la primera mitad del s. XX. Esos estudios del condicionamiento clásico o pavloviano y el condicionamiento instrumental u operante, como tipos de aprendizaje asociativo, se basan en el análisis de estructuras y procesos simples de aprendizaje, considerados comunes a especies animales superiores, incluido el humano.