La evaluación es un proceso de observación, que con una fundamentación científica, viene aplicándose en el campo educativo desde comienzos del presente siglo.
Cada modelo de evaluación es adeudado de una determinada forma de concebir la enseñanza, la metodología investigadora y los resultados que pueden obtenerse. De ahí que sus posibilidades reales dependan del contexto y del propósito que se desee conseguir. No hay necesidad de seleccionar un método determinado sobre la base de una posición paradigmática tradicional ya que existen razones para poder emplearlos conjuntamente con objeto de satisfacer las exigencias de la investigación evaluadora de la forma más eficaz posible.
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