
Otra interpretación es que estos acontecimientos son señales de que la lógica del modelo tradicional está fuera de sintonía con el tiempo que vivimos actualmente. Tales señales apuntan a la transformación y redefinición de las instituciones para un nuevo tipo de sociedad. Las relaciones con los históricos socios-institución educativa, los empleadores, los padres y los sindicatos de docentes, adquieren nuevos significados que las instituciones educativas y la formación del docente se someten a la reorganización.
En estas condiciones, el papel de liderazgo de la formación docente pierde su legitimidad. Las afirmaciones de que la formación del docente basada en la universidad genera la investigación relacionada con la enseñanza-definitiva y es el intercambio de información para el conocimiento de gran alcance sobre la enseñanza y el currículo ya no son creíbles más allá de la universidad. Además, las universidades y los sistemas escolares juzgan cada vez más su éxito mediante la participación en un mercado mundial en expansión. Es el resultado inevitable es un alto grado de competencia entre los programas de formación docente.
El desafío para los educadores es involucrar a las fuerzas que impulsan el cambio institucional en lugar de esperar las prácticas existentes para garantizar el futuro. Esto solo propone algunos principios para nuevos enfoques de la formación del profesorado que se encuentran más allá de los modelos actuales. La inexorabilidad del cambio y la imprevisibilidad del futuro son las condiciones ideales para la recreación de la formación del profesorado en lugar de la celebración de su desaparición.
«La enseñanza es una de las profesiones más flexibles».