Los problemas de conducta y la desmotivación de los estudiantes se han convertido en los principales inconvenientes de la labor docente, especialmente en los niveles obligatorios de enseñanza. Frente a lamentación improductiva, ocasiona la búsqueda de estrategias que permitan prevenir conflictos futuros y resolver eficazmente aquellos que ya se han presentado, considerando cada situación problemática como una ocasión para aprender a gestionar mejor la clase y como un ejercicio práctico en el que los estudiantes aprendan a construir un clima de convivencia respetuoso y favorable al compromiso escolar. Dentro de esta perspectiva de ver el lado positivo y formativo de los conflictos, es necesario que los docentes se doten de recursos que le permitan resolver las situaciones problemáticas cotidianas.
A continuación, mencionaremos los pasos necesarios para resolución de conflicto dentro de un aula de clases:
1. La observar los conflictos como una ocasión de crecer y formarse.
2. Encontrar la raíz de los problemas: la firmeza relajada.
3. Respetarse mutuamente, mejor que mandar-obedecer.
4. Adaptar las estrategias al contexto y al estilo docente propio.
5. Evita las rutinas perturbadoras, ligadas por lo general a la desmotivación, el aburrimiento y la ausencia de éxitos académicos.
6. Adopta una perspectiva proactiva.
7. Actuar por principios.
8. Utilizar procedimientos, lo más simples posible.
9. Dividir equitativamente el trabajo.
10. Cambiar las estrategias, es mucho mejor que cambiar conductas.
11. Averiguar las causas de las conductas.
12. Usar las medidas correccionales como último recurso.
13. Despersonalizar los conflictos.
Recuerde que cualquier conducta, persigue conseguir unas consecuencias gratificantes para el que la realiza, que se alcanzan en un contexto determinado. Ello implica, que se puede resolver un conflicto, intentando cambiar la conducta directamente, bien impidiendo que se obtengan las consecuencias perseguidas, bien actuando sobre el contexto.