Ciertamente, en el proceso de solución de problemas no existe una fórmula mágica; no existe un conjunto de procedimientos o métodos que empleándolo conduzcan precisamente a la resolución del problema. Es por ello, que sería un error en el ámbito de la enseñanza y aprendizaje considerar la resolución de problemas como un proceso imposible de abordar pedagógicamente. La experiencia de aula y las grandes investigaciones, demuestran que los educandos poseen estilos cognitivos, ritmos de aprendizaje e intereses diferentes; que existen algunos de ellos con más capacidad para resolver problemas que otros de su misma edad. Estos educandos son aquellos que suelen aplicar toda una serie de técnicas y métodos que resultan apropiados y eficientes para afrontar los problemas.