Para comenzar se debe enfatizar que no existe una fórmula aplicable a todos los casos de resolución de problemas, hoy haremos referencia a la importancia que tiene resolver problemas en el aula de clase. De acuerdo con el autor Polya quien sustenta, “sólo los grandes descubrimientos permiten resolver los grandes problemas, hay, en la solución de todo problema, un poco de descubrimiento”; pero, si se solventa un problema y llega a excitar nuestra curiosidad, “este género de experiencia, a una determinada edad, puede determinar el gusto del trabajo intelectual y dejar, tanto en el espíritu como en el carácter, una huella que durará toda una vida”.
Ciertamente, en el proceso de solución de problemas no existe una fórmula mágica; no existe un conjunto de procedimientos o métodos que empleándolo conduzcan precisamente a la resolución del problema. Es por ello, que sería un error en el ámbito de la enseñanza y aprendizaje considerar la resolución de problemas como un proceso imposible de abordar pedagógicamente. La experiencia de aula y las grandes investigaciones, demuestran que los educandos poseen estilos cognitivos, ritmos de aprendizaje e intereses diferentes; que existen algunos de ellos con más capacidad para resolver problemas que otros de su misma edad. Estos educandos son aquellos que suelen aplicar toda una serie de técnicas y métodos que resultan apropiados y eficientes para afrontar los problemas.



