En la vida personal o en las actividades laborales frecuentemente nos encontramos con obstáculos invisibles, obstáculos que impiden avanzar, situaciones que se tornan conflictivas y no se entiende el porqué. Actividades que a personas les resultan sencillas se les puede presentar a otros como imposibles de realizar, acciones que no muestran mayor complejidad se transforman en inalcanzables. No se logra ver qué es, pero se sabe que obstruye el camino. Al mismo tiempo, se hacen esfuerzos para evadirlo, pero todo es en vano.
En estos momentos, la alternativa para avanzar en el camino de desarrollo puede implicar pedir ayuda. La figura que surge como la más idónea e indicada para asistir estos procesos de aprendizaje y cambio, es la del coach. El coach es una persona entrenada para detectar estas áreas de dificultad, estas barreras invisibles que traban el crecimiento o dificultan el desempeño. Su rol es acompañar y facilitar el desarrollo de las potencialidades de las personas, ayudando a superar las trabas y resistencias que limitan su accionar y dificultan la concreción de sus objetivos. Podemos definir al coach como un facilitador del desarrollo personal.