Desde hace varios años, diferentes autores de la neurociencia han estudiado el efecto parental en la influencia cognitiva del sujeto. De acuerdo con el autor Marrone (2001) la influencia de una parentalidad competente está constituida por un modelo afectivo de apego seguro. El concepto de estilo parental ha sido ampliamente manejado en investigaciones acerca de las consecuencias de la socialización familiar sobre la competencia de las personas. El autor Baumrind (1966) sustenta que existen tres tipos de estilos educativos parentales en función del grado de control que los padres ejercen sobre sus hijos, entre ellos tenemos: el estilo autoritario, permisivo y democrático. Pero, unos años más tarde, los autores Maccoby y Martin (1983), ampliaron los estilos de crianza he incorporaron un cuarto estilo que es el indiferente o negligente.
A continuación, explicaremos estos 4 estilos educativos de parentalidad:
- Estilo autoritario: Este estilo se basa en una disciplina rígida, donde se crean reglas y se espera que se sigan sin excepción. Esta hace alusión a un régimen militar, ya que se utilizan normas estrictas en la familia, fomentando la obediencia. Por lo general, los padres juegan un rol de supervisor, son de poco apoyo y son propensos a castigar, amenazar e incluso ejercer la violencia.
- Estilo permisivo: Este estilo tiende a confundirse como una buena forma de educar, piensan que permitiendo los hijos serán felices. No obstante, este estilo con el tiempo puede acarrear consecuencias emocionales serias. Ya que se tiende a no establecen ningún estándar para la conducta, lo que crea baja autoestima y pueden experimentar tristeza.
- Estilo democrático: En este estilo de educación los padres suelen ser estables, manifiestan apoyo, afecto, establecen límites y consideran el punto de vista del infante. Manejan el refuerzo positivo lo que fomenta la toma de decisiones, mayor autoestima y responsabilidad.
- Estilo negligente o indiferente: Este estilo se identifica porque no existe compromiso de formación. Por lo tanto, no se proporciona el apoyo, cariño y la disciplina. Este estilo tiene un impacto negativo a nivel global en el desarrollo. Lo cual conduce el riesgo la salud emocional.
Por lo tanto, estar consiente de estos estilos de educación parental podría ayudar en tiempo de crisis. No obstante, la modificación de estos, es una labor compleja puesto que son creencias y conductas profundamente arraigadas, que se han ido transmitiendo de generación en generación. Pero, hace necesario poner en práctica cuatro elementos clave: Afecto, comunicación, limite y tiempo.
En síntesis, los padres son el modelo que utilizan los niños y jóvenes para regular las conductas. Para ello, es necesario que se establezcan límites, afecto, cuidado y normas. De esta manera, se beneficia la autonomía y la autorregulación de los niños y jóvenes.