Hoy en día, cuando se reflexiona sobre la educación en tiempo de pandemia, llega inmediatamente a la mente que las instituciones educativas, industrias, cafeterías, gimnasios, comercios y parques infantiles están completamente en silencio. Y, un poco más allá, se pueden apreciar los pasillos vacíos y un gran temor en las personas entre escoger entre la vida-empleo o vida-aprendizaje. Como, además, en los docentes y padres una gran esperanza que la pandemia no reduzca la capacidad de aprender.
No obstante, es el momento ideal para que ocurra definitivamente un cambio educativo. Los estudiantes de hoy son expertos en tecnología y tienen un apetito insaciable por el entretenimiento. Para este cambio se necesita el apoyo de los padres y educadores, porque al entrenar e incluir contenido educativo, el e-Learning puede sentirse natural ya que los educandos pueden mirar nuevamente a sus padres como la base de su educación. Pero, como todo cambio tiene desafíos reales, son pocos los docentes que estaban preparados para esta transformación, es difícil ingresar a un nuevo entorno con material desconocido, son muchos los padres y estudiantes molestaron por no tener los métodos y herramientas de acuerdo con su estilo aprendizaje. Todavía falta por determinar el impacto total de todos estos cambios. Sin embargo, lo que está claro es que a los estudiantes, padres y docentes están unidos en una educación para todos.
La educación virtual también tiene aspectos positivos: permite obtener competencias tecnológicas relevantes, apoya al estudiante en su propio estilo de aprendizaje, como, además, les permite descubrir nuevos recursos. Pero, se debe recordar que este tipo de aprendizaje sigue siendo una herramienta secundaria porque siempre se necesitará de la programación y del conocimiento del docente.
El aprendizaje electrónico está ocurriendo ahora a un nivel sin precedentes. Por lo tanto, el docente actual debe trabajar en este momento en programar un espacio donde se considere los diferentes estilos de aprendizaje y seleccionar la información relevante para el aprendizaje significativo.
En síntesis, en tiempo de crisis cuanto más diverso es el sistema académico, más libres y efectivo será el aprendizaje, por ende, mayor probabilidad de no dejar atrás a ningún estudiante.