El envejecimiento activo es un concepto que ha ganado prominencia en las últimas décadas, enfatizando la importancia de mantener una vida saludable, productiva y satisfactoria en la vejez. Una de las estrategias clave para lograr un envejecimiento activo es el aprendizaje a lo largo de la vida. Esta práctica no solo beneficia el desarrollo cognitivo y la salud mental, sino que también fomenta la inclusión social y la adaptabilidad a los cambios. El aprendizaje continuo proporciona a los adultos mayores un sentido renovado de propósito y motivación, contribuyendo significativamente a su bienestar general. Al mantener el cerebro activo y comprometido, se pueden prevenir enfermedades neurodegenerativas y mejorar la calidad de vida. Este enfoque integral permite a los individuos no solo envejecer con dignidad, sino también seguir siendo miembros valiosos y activos de la sociedad.
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