El termino dislexia, se relaciona con la deficiencia de la lectura, la escritura y el aprendizaje. Su origen es una alteración de las zonas cerebrales del lenguaje y afecta a un 5% de los educandos de 7 a 9 años. Así mismo, se le atribuye una base genética y no está relacionada con la inteligencia. Sus manifestaciones son muy variadas, dependiendo de la edad y de la intensidad del trastorno. Se pueden observar déficits en las funciones relacionadas con la memoria, el vocabulario, las áreas motrices y el habla. En la etapa preescolar se pueden detectar alteraciones significativas en el lenguaje, la motricidad, la percepción y la falta de madurez en general, por lo que, que se requiere de un diagnóstico temprano para poder ayudar el estudiante oportunamente. Por ello, los docentes no deben dudar en consultar ante las primeras sospechas de dislexia.
Para entender que ocurre en el cerebro de un estudiante con dislexia, conviene explicar de manera sencilla cómo funciona éste y cómo se lleva a cabo el proceso de la lectura:
- El cerebro humano está formado por dos hemisferios derecho e izquierdo, que se comunican entre sí. Cada hemisferio está especializado en ciertas funciones.
- El hemisferio izquierdo se especializa en los procesos de lenguaje, mientras que el derecho se especializa en la información visual y espacial.
- Además, no trabajan exactamente del mismo modo, sino que el hemisferio izquierdo procesa la información secuencialmente, o sea, unos datos tras otros, mientras que el derecho lo hace simultáneamente, o sea, muchos datos a la vez.
Al leer, se armonizan los dos tipos de estrategias en el manejo de la información por ambos hemisferios. Pero en los educandos disléxicos, la disfunción o fallo en el hemisferio izquierdo afecta la velocidad de procesamiento de la información, lo que incapacita al estudiante para procesar cambios rápidos de estímulos o sucesiones, tanto en el área visual como auditiva. Conocer cuál es la alteración concreta que causa la dislexia es más difícil. Los estudios se centran en la relación existente entre el lenguaje hablado y el escrito, intentando comprender la naturaleza y la calidad del análisis fonema grafema, es decir la relación pronunciación – escritura y la automatización durante la lectura. Aunque, hay distintos tipos de dislexia de acuerdo a las alteraciones presentadas, se atribuye al fallo fonológico la base patogenética de las dislexias. Para que un educando sea disléxico, no es necesario que presente todos los síntomas que a continuación se detallan, aunque tampoco, lo es por observarse sólo alguno de ellos.
1. Desarrollo lento del vocabulario y retraso en el desarrollo del habla.
2. Torpeza al correr, saltar y brincar.
3. Problema para seguir instrucciones y aprender rutinas.
4. Falta de atención y aumento de la actividad e impulsividad.
5. Dificultad para ajustar y abrochar o subir un cierre o cremallera.
6. Retraso para memorizar los números, el abecedario, los días de la semana, los colores y las formas.
7. Falta de control y manejo el lápiz y de las tijeras.
8. Aparición de conductas problemáticas en sus habilidades sociales
9. Invierte letras, números y palabras.
10. Confunde el orden de las letras dentro de las palabras.
11. Dificultad para relacionar letras y sonidos.
12. Confunde derecha e izquierda y escribe en espejo.
13. No completa una serie de instrucciones verbales.
14. Presenta dificultad en la pronunciación de palabras, invirtiendo, sustituyendo o invirtiendo sílabas.
15. Traspone las letras, cambia el orden e invierte números.
16. Su comprensión lectora es pobre.
17. No toma o agarra bien el lápiz.
18. Su coordinación motora es pobre, se confunde con facilidad.
19. Es lento para recordar información.
20. Su trastorno en la coordinación motora fina le da mala letra y pobre caligrafía.
21. Tiene problemas acerca del tiempo.
22. No logra escribir pensamientos, ni organizarlos; su gramática y ortografía son deficitarias.
23. Muestra dificultad en el aprendizaje de conceptos numéricos básicos.
24. Tiene problemas de concentración cuando lee o escribe.
25. Falla en la memoria inmediata, no recordando lo leído, escrito o las destrezas matemáticas.
26. Interpreta mal la información.
27. Muestra dificultades en organizar el espacio.
28. No logra planificar su tiempo ni tiene estrategias para terminar a tiempo sus labores.
29. Trabaja con lentitud y no se adapta a ambientes nuevos.
30. No funcionan sus habilidades sociales y no logra hacer amigos.
31. Evita leer, escribir y las matemáticas, tendiendo a bloquearse emocionalmente.
En síntesis, la dislexia es un trastorno específico del aprendizaje, por lo tanto, evolutivo y los síntomas cambian a medida que el estudiante crece. Y, es posible apreciar en la etapa preescolar pequeños detalles o signos que pueden hacernos sospechar que un educando es disléxico. Entre los 6 a 12 años los síntomas son más evidentes y a partir de los 12 años se hacen muy claras las alteraciones del aprendizaje.