Esta actividad fue desarrollada intensamente durante los años de posguerra hasta los años 80 por el Estado, en especial en los países socialistas y también en la Europa de reconstrucción después de la guerra.
En América Latina se intentó copiar el modelo de esos países y flaqueo por múltiples flancos y cayó en un descrédito sin precedentes. Una importante debilidad la conforma el Estado Planificador que desde su posición de conductor, árbitro ecuánime de conflictos sociales fue objetado, por rígido, por hipertrofiado, por capitalista, por obstáculo al capitalismo y por vulnerable. Fue atacado desde la derecha, desde la izquierda, desde la ideología, desde la cultura y desde la economía.