Al analizar como la crisis en el docente se manifiesta de diversas formas y al analizar especialmente el síndrome del profesor gastado (burnout) nos da una aproximación globalizadora y un análisis de las relaciones de causalidad entre las manifestaciones que definen el proceso de conflicto en docentes.
Debemos recordar que la gravedad de la incidencia de los componentes y que se ha establecido en la relación de causalidad lineal entre los componentes a través de las siguientes:
- Baja realización personal en el trabajo.
- Agotamiento emocional.
- Despersonalización
En los análisis se insiste en que el factor causal radica en la no consecución de metas personales en el ejercicio de la profesión de forma crónica, originando sentimientos asociados a manifestaciones como las reflejadas a continuación:
- No consigo logros ni éxitos a través de la enseñanza.
- No logro influir positivamente en los estudiantes con mi trabajo.
- No soy eficaz en la atención de los problemas que presenta mis estudiantes, su problemática escapa de mi alcance.
En este argumento, el esfuerzo prolongado sin logros es interpretado como esfuerzo sin sentido, que propicia la fatiga y el desánimo, generando pensamientos, diálogos internos, determinados por ideas negativas, como:
- Me esfuerzo demasiado para el rendimiento que obtengo.
- Trabajar cada día con alumnos me resulta muy desagradable.
- Me siento frustrado en mi trabajo docente.
- Me encuentro demasiado cansado al final de las clases y desanimado cuando me levanto para ir a clase.
- Me siento gastado, acabado para la enseñanza, pero tengo que continuar en esta profesión.
Asimismo, al continuar los problemas y dificultades cotidianamente en el aula o claustro, al sentirse presionado, es fácil ver al otro como al enemigo, el que causa mis problemas, por lo que se desarrollan estrategias defensivas como son:
- El distanciamiento.
- La frialdad en el trato.
- La desimplicación.
- La insensibilidad.
Las cuales son administradas hacia ese estudiante que da razón de ser a la profesión, así como a los compañeros, viendo a ambos como negativos, despreciables, culpables de sus frustraciones.
Desde la perspectiva de la prevención primaria (antes de que se inicien las manifestaciones del burnout) interesa responder a una cuestión clave: por qué al docente le afecta tanto la no consecución de metas con su estudiante y por qué afecta así precisamente a personas que eligieron la profesión vocacionalmente.
Cuando se analiza este aspecto, nadie escapa que a la no realización de objetivos personales en la profesión se puede llegar en diversos escenarios:
1. El del docente que establece su desarrollo personal dentro de la profesión en sentirse contingente del desarrollo de las personas de sus estudiantes:
Posee motivación intrínseca, tal vez accedió y aún permanece en la enseñanza por su motivación por la esencia misma de la enseñanza: lograr el aprendizaje, la formación, el crecimiento de su estudiante.
En principio las dificultades y conflictos representan retos, avisan, señalan las necesidades educativas del alumnado, pero en las situaciones adversas sufre el fracaso, la desconsideración de sus esfuerzos, su imposibilidad de que los resultados sean los deseados.
La enseñanza es su forma de desarrollo profesional y personal: El desgaste aparece por la no consecución de resultados a pesar de su esfuerzo e interés.
2. El escenario del docente que no establece objetivos de desarrollo personal dentro del contexto profesional de la educación:
Posee motivación extrínseca: está interesado por lícitas compensaciones como son la estabilidad en el empleo, los horarios laborales, etc. Sus metas personales no están relacionadas con el aprendizaje ni con la formación ni el desarrollo de su alumnado.
Las dificultades y conflictos son percibidas como una exigencia añadida e indeseada de sobreesfuerzo, incluso como una penalización que le incomoda. La enseñanza es una forma de trabajo en la que procura cumplir sus obligaciones, pero cuando surgen dificultades y en las situaciones adversas percibe que está siendo perjudicado en sus intereses.
La incomodidad y el desgaste aparecen asociados a las demandas de su trabajo que no son deseadas, por tener que esforzarse más o de otra manera distinta a la que acostumbraba.
Nos interesaremos, en este caso, por el primero de los escenarios: el burnout en el docente que posee motivación intrínseca.
La prevención de la baja realización personal en el trabajo, primer síntoma en el burnout, esencialmente implica el desarrollo de sus capacidades para que utilice de forma eficaz los instrumentos profesionales con los que lograr su meta, influir positivamente en el desarrollo del alumnado, a pesar de las nuevas dificultades, de los nuevos retos. El entrenamiento en habilidades sociales (comunicación, resolución de conflictos, toma de decisiones, etc.) y en habilidades profesionales (motivación, trabajo cooperativo, gestión del tiempo, etc.) son instrumentos trabajados en los cursos de formación del profesorado que dan soporte a esta publicación y serán desarrollados en capítulos posteriores.
La prevención del agotamiento emocional puede lograrse desde el entrenamiento en habilidades personales que permitan el autocontrol emocional en situaciones de conflicto, el manejo del estrés, el desarrollo del pensamiento positivo, la autoestima, etc.