En la actualidad, muchos docentes se obstaculizan el uso de las nuevas herramientas tecnológicas por miedo o por principios. Algunos docentes creen que no ayudan, que ellos aprendieron sin ellas y que son innecesarias para el aprendizaje. Sin embargo no todos son así, algunos consideran que las tecnologías facilitan el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Muchos docentes tienen un gran miedo a que sus estudiantes se sumerjan en las nuevas tecnologías. El temor a lo desconocido, no saber qué hacer cuando los estudiantes pasan mucho tiempo ante el ordenador, falta de alternativas a los medios, sumergen a la sociedad en un mar de dudas, guiadas en el mayor número de casos por el desconocimiento, por no adaptarse a las circunstancias o por carecer de tiempo.
Un estudio publicado en septiembre de 1999 por Market Data Retrieval muestra que el 61% de los docentes norteamericanos se encuentran mal preparados para asumir en sus aulas la tecnología. Según otro estudio publicado por el Higher Education Research Institute, de la Universidad de California, la dificultad de mantenerse al día es una de las principales fuentes de estrés para los docentes.
No se debe cerrar ninguna entrada al sistema educativo. Los medios son, además, posibles vías de trabajo futuro. Se debe mantener abiertas todas las percepciones hacia lo desconocido, según Clifford “Las nuevas tecnologías proporcionan mayor democratización en la información y la comunicación y son sustento de habilidades diferentes que pueden ser la base de aprendizajes diversificados ligados a la creación de nuevas situaciones y procesos. Internet, y las redes que de ellas dependen, democratizan la información; abren mundos antes imposibles de acceder a ellos”.
Según Einstein, la perfección de medios y la confusión de los fines parece ser la característica de nuestro tiempo. Los medios ocultan o enmascaran a los fines; las circunstancias, la vertiginosidad de la vida nos impide apreciar con claridad a qué lugar queremos llegar. Ya le decía el conejo blanco a Alicia, de Lewis Carroll, en “Alicia en el país de las maravillas”: “Si no sabes a dónde vas acabarás en otra parte”.
En la base de la creatividad está el conocimiento, el esfuerzo, la memoria y las aptitudes previas. Todo ello puede ser más fácil debido a la nueva tecnología. El salto intuitivo del que hablaba Bruner, o fenómeno estrictamente creativo, se da hoy día con más celeridad que antaño, debido a las experiencias más veloces que tiene el cerebro, provocadas en gran medida por la destreza informática y los apoyos y ayudas que esta provee. En la fase final de verificación y de producción de procesos creativos, el mundo de la nueva tecnología igualmente facilita habilidades y recursos, dibujo, textos, proporciones, formulaciones, etc., a personas a las que antes estaban negadas por sus carencias o falta de experiencia.
La sociedad debe enfrentar estos problemas adelantándose a las generaciones que nos siguen en el uso de la nueva tecnología y sus posibilidades creativas. Como asegura Hallman, “todo acto de creación comienza preguntando”. O Roger Lewin, “con demasiada frecuencia damos a los niños soluciones que recordar en vez de problemas que resolver”. Los valores morales son afectados igualmente por la sociedad digital, pues como dice Bilbeny, pasamos de una ética de interrelación personal, de proximidad, a una ética en la que la interacción es virtual o se desarrolla a distancia, con texto pero sin gesto; con imágenes pero sin cuerpos.
Es la ética, los valores morales que se desea imponer a sus sucesores, lo que posiblemente debieran ser revisados. Los estudiantes no están exactamente contra aquellos valores en los que la sociedad se reconoce y se identifica. Simplemente están en otra parte: en un sistema cultural que, progresivamente y de manera peculiar se está constituyendo en una verdadera cultura, distinta de la anterior. Es preciso promover el diálogo entre las culturas, resistirse a que la homogeneización sea el resultado de la victoria de unas civilizaciones sobre otras. Es necesario utilizar en lo posible todo lo que tenemos. Una de las cosas más tristes que pueden ocurrir a nuestra sociedad es que utilicemos solamente una parte pequeña de las posibilidades que se nos brindan.