La educación ha sido un objetivo inmenso para todo el mundo, la necesidad de trasmitir a los individuos que integran su sociedad, los conocimientos necesarios que los identifiquen como una cultura en los aspectos fundamentales de ésta: filosóficos, religiosos, artísticos, familiares, entre otros. Todos estos conocimientos se han impulsados a través de diversas formas de enseñanza según el tiempo y lugar, con la intensión de fortalecer y prevalecer las costumbres, tradiciones y valores, mismos que determinan el comportamiento de la sociedad misma. Ya que con la educación se busca conservar e instruir individuos benéficos para su desarrollo.
Todas las culturas en la actualidad, han integrado como parte fundamental de su conservación e identidad nacional, los llamados valores universales. Estos valores han sido comunicados con diversas formas de enseñanza, de un individuo a otro, dentro de la educación familiar, religiosa, comunal, hasta llegar a ser impartida por el Estado como una forma de educación oficial.
Realmente, con la educación se intentar no sólo transmitir conocimientos básicos de cómo se debe comportar una sociedad, sino ir más allá, ser capaz de conservar los ideales propios que la distinguen. De igual forma, la educación ha sido establecida como intermediaria para el proceso de adaptación al cambio que presenta una sociedad, adaptando los procesos de enseñanza-aprendizaje no como una norma trasmisora de conocimientos, sino, trabajar con los mecanismos necesarios para la construcción de nuevos aprendizajes adaptables a las necesidades de los educandos y la sociedad misma. Razón por la cual, el docente ha sido no sólo un instructor o trasmisor de, sino como un formador y desarrollador de habilidades en los individuos, una persona comprometida y creadora capaz de infundir los contenidos de los conocimientos de forma razonada y actualizada en el contexto de su tiempo.
Con estas necesidades, se han generado que filósofos como Platón, Sócrates o Aristóteles enfocarán su mirada en la educación que los estudiantes, influyendo con sus pensamientos a muchos otros educadores para comprender desde las formas elementales, hasta los complejos procesos de la enseñanza-aprendizaje por los que el docente y estudiante tienen que pasar para la impartición y adquisición de los conocimientos. Muchos han sido los educadores que han puesto mayor interés sobre el trabajo de la enseñanza, sobre todo en la etapa de la niñez y la adolescencia, como lo fueron Rousseau, Luis Vives, Tomás Moro, entre otros, quienes establecieron las bases ideológicas y pedagógicas para la impartición de la educación básica, que tras de sí, se encuentra la creación de la sistematización de la educación.
El docente, es la clave para que los procesos de enseñanza-aprendizaje sean empleados íntegramente para el beneficio de los estudiantes. Es esta razón que tiene que estar dispuesto a realizar la actividad de la enseñanza dentro de los marcos éticos y profesionales a que está comprometido y asumir la responsabilidad de tener en sus manos la educación. Sus intereses personales no deben anteponerse al acto de conservar e intensificar la educación de un individuo, sino de ser un modelador de las capacidades que éstos poseen, para así, lograr que sus alumnos logren mejores resultados con la instrucción intelectual y cultural en general.
Actualmente, con una sociedad mundial consumista, la inestabilidad social de la población, el limitado desarrollo económico de las mayorías, así como el egoísmo de los gobiernos ante las necesidades de la gente más necesitada; ha generado que los intereses orientados hacia la educación, sean operados y desarrollados con proyectos limitadores de las capacidades intelectuales, artísticas, emocionales y psicológicas de los seres humanos.
Es necesario, tener nuevos instrumentos para tener nuevas y verdaderas oportunidades de desarrollo, para no limitarlos a las carencias que tienen que sufrir de por sí, sino formarlos como individuos competentes en todos los sentidos, que los beneficios que le ofrezca una verdadera educación de calidad, con logros propios para que pueda tener una satisfacción personal y un desarrollo y desempeño profesional, de esta manera no solo mejorar su propia calidad de vida, sino de generar beneficios al propio entorno cultural de su comunidad y el del resto del mundo.