En una sociedad trastornada por la violencia, indecencia, irresponsabilidad, robo, disgregación familiar, divorcios, abortos, entre otros; donde se fomenta el individualismo y poca participación de la comunidad en los problemas sociales, hogares disfuncionales en donde la familia ideal debería estar conformada jerárquicamente; podríamos entonces reflexionar, ¿qué estamos ante un sistema social que modela antivalores?
Se puede considerar que los cambios socioculturales han sido muy acelerados sobre todo en la segunda mitad del siglo XX bien inducido por la ciencia y la tecnología o bien por crisis de valoración en las poblaciones generalmente jóvenes que no encuentran modo de integración en el sistema social; esto ha traído como consecuencia cambios políticos, económicos, educativos y sociales creando incertidumbres e inestabilidades sobre todo en la familia como estructura social; de acuerdo con el autor Otero “una sociedad sin estructuras sociales es un agregado de hombres sin coherencia y sin funcionalidad” y aquellos valores culturales que profesábamos inamovibles se han derribado para adquirir otro contexto o dimensión.
Dentro de los elementos educativos en la familia podemos referirnos a los: padre, madre, abuelos, hermanos, primos, amigos del hogar, servicio doméstico, los medios de comunicación e información, entre otros. En la actualidad, en el hogar los padres no son siempre dos, a veces es una sola persona, quién se ve obligada a desempeñar los dos papeles: padre y madre. Los padres representan dos papeles básicos; el padre la autoridad mientras que la madre la afectividad. Un tercer papel, con el cual se va a encontrar posteriormente el niño, es el que representa el docente, el del saber. No obstante, los padres les correspondería enseñar el hacer, y el quehacer, para completar estos cinco conceptos básicos de la educación inicial del niño: autoridad, afectividad, saber, hacer y quehacer.
Sin embargo, ese hacer y quehacer están asociados a los elementos de organización, disciplina, orden, innovación, descubrimiento, equilibrio; por ello los padres tienen la responsabilidad de ayudar a insertarse armoniosamente en el mundo físico y social, a que aprenda a identificar los objetos, los seres, así mismo a acompañarlo a la formación y desarrollo de la conciencia; a pensar críticamente y con creatividad, a enseñarles que la vida tiene un sentido histórico; que nuestros actos son voluntarios pero responsables, entrenarlo en la toma de decisiones frente a distintas alternativas; que hay decisiones críticas y que otras pueden posponerse.
En síntesis, lo fundamental es que aquello que les enseñan a los hijos en los primeros años es sumamente importante, porque si bien la conducta es modificable, esos primeros años son huellas imborrables. Estamos conscientes entonces de la importancia de la familia y del hogar, pero al mismo tiempo nuestro Sistema Social presiona ciertos valores que puedan ser modelados por la población más vulnerable, la noción de lucro, el individualismo por encima de la cooperación y responsabilidad social; el interés por otras culturas extranjeras desfavoreciendo lo nacional.