Desde que el hombre alcanza conciencia humana desarrolla la habilidad de contextualizar sus acciones; ella le permite relacionarse con otros de su misma especie; esto origina sociedades que son regidas por un conjunto de normas, que permiten al hombre construirla y vivirla. Este fenómeno depende del paradigma en el que se apoye.
A través del razonamiento humano nacen las definiciones sobre el mundo que nos rodea, estas acciones mentales permiten la construcción de teorías, modelos, enfoques, posturas y pensamientos, que agrupan un conjunto de ideas que buscan dar solución a situaciones problemáticas. Estas, a su vez, generan tendencias de pensamientos que congregan a determinados sujetos y, tal vez, separan a otros que no posean los mismos pensamientos o predisposiciones.
La modernidad promueve el conocimiento sobre la base de la ciencia y el tecnicismo, como efecto principal, existe una tendencia a detener a los grupos humanos que presentan debilidades económicas, sociales y de pensamiento a la dependencia de los grupos más fuertes, ya que ellos dominan, en gran medida, la razón social. Esto posee una tendencia a promover:
- Las individualidades;
- La desigualdad;
- La prosperidad a pocos y la pobreza a muchos;
- El desprecio al pasado;
- La promoción en el pensamiento humano de las utopías.
La modernidad, en sus ordenamientos de cuantificar y verificar todo lo que existe en el contexto, pierde la perspectiva de ver al ser humano como eje fundamental del progreso, sino como un eslabón más del progreso, productor de bienes y consumidor de los mismos. Esta situación descrita, genera movimientos y pensamientos humanos que promueven la autonomía de los bienes para engrandecer al hombre, apoyados en ideas alternas, sustentadas en su mayoría por la teoría crítica, que generan corrientes progresistas y alternativas, que convergen en la crítica a la modernidad, mejor conocida como postmodernidad.
En síntesis, la postmodernidad es proyectada, no como una época que sigue a la modernidad, sino como nueva forma de ver la modernidad, una actitud espiritual distinta, proporcionándole fin a los grandes proyectos, produciendo la ruptura de la totalidad, dando paso a la pluralidad y a la diversidad. Las sociedades postmodernas no conocen una descripción única. La democracia es la doctrina donde este pensamiento tiene éxito, posee como base consensual los derechos humanos, donde la vida de los sujetos pasa a ser una vida plural, es decir, pueden accionar de diferentes maneras a la misma situación.