Un hecho que preocupa al área educativa, es el de evitar el elevado porcentaje de estudiantes desmotivados. Lo que acarrea que muchos de ellos pasan a formar parte del colectivo de adolescentes desescolarizados. Algunos de ellos pasan a cursar estudios nocturnos, abandonando durante el primer curso o al término del mismo. Otros pasan a los centros de formación profesional, donde su desinterés por la mayoría de las materias se hace aún más claro.
La característica más notable de todos ellos es la falta de interés por el estudio y todo lo que tenga que ver con el aprendizaje escolar, desinterés que parece venir determinado, entre otros factores, por la dificultad que han encontrado para comprender las explicaciones dadas por los docentes, la dificultad de comprender y aprender la información transmitida por los textos escolares, la elevada experiencia de fracaso y la ausencia de valor y significación de los objetivos de aprendizaje propuestos, causas que de algún modo se determinan recíprocamente. Por otra parte, los educadores se quejan con frecuencia del desinterés con que muchos de los estudiantes que realizan los estudios hasta su terminación afrontan el aprendizaje de las enseñanzas curriculares.
A continuación, listaremos los tipos de metas que deben estar presentes en un aula de clases:
- Metas relacionadas con la asignación.
- Metas relacionadas con la autoestima.
- Metas sociales.
- Metas externas.
La clasificación de metas que acabamos de presentar no significa que sean excluyentes. De hecho, con frecuencia al afrontar una misma actividad escolar, el estudiante persigue más de una de ellas. Otras veces, el educando tiene que elegir. En cualquier caso, las interrogantes que se deben plantear son las siguientes:
1. Conocer qué metas son las que se persiguen de modo característico en cada edad.
2. Conocer de qué modo las distintas metas influyen en el interés y esfuerzo con que los estudiantes afrontan sus estudios.
3. Conocer si son distintas las metas características de los educandos más y menos motivados.
4. Conocer que variables determinan que los estudiantes persigan unas u otras metas.
5. Conocer, qué tipo de equilibrio entre las distintas metas es el más adecuado para promover el interés y esfuerzo necesarios para facilitar el aprendizaje y demás logros escolares.
6. Conocer, qué pautas de actuación seguir para motivar a los adolescentes hacia el aprendizaje escolar.
En síntesis, cualquier actividad, incluidas aquellas que tienen como resultado inmediato el aprendizaje o la consecución de otros logros académicos, puede ser impulsada por distintos motivos. Es por ello, que las metas pueden interesar a los estudiantes a la hora de afrontar la actividad escolar. Las metas además, pueden ser de muy distintos tipos y su importancia como factor determinante del interés y el esfuerzo que el educando pone en el aprendizaje escolar, y que este varía en función de la edad, de las experiencias escolares y del contexto sociocultural del estudiante.