La inteligencia colectiva es una forma de inteligencia que surge de la colaboración de muchos individuos y en la que los procesos deliberativos y los resultados son diferentes de los que se obtendrían individualmente. El término tiene su origen en los estudios sobre los insectos sociales como las hormigas o las abejas. Sin embargo, en los últimos años el concepto ha tomado nuevo impulso a raíz del rápido desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación que permiten una colaboración más rápida, eficiente y horizontal.
El autor Lévy (2000) menciona cuatro espacios en la evolución de la humanidad, que no se sustituyen entre sí, sino que coexisten: el espacio nómada de la tierra (mitos, ritos), el espacio del territorio (escritura, geometría, cartografía), el espacio de las mercancías o productos (bienes materiales) y, finalmente, el espacio del saber que corresponde a nuestro tiempo y que él vincula a las cualidades humanas.
El desarrollo del concepto de Inteligencia Colectiva, actualmente viene ligado al desarrollo de Internet, y en concreto a la llegada de la denominada Web 2.0, durante la década de 1990, mediante la cual el individuo que accede a la Red no es un espectador, si no que puede interactuar de distintas maneras. Internet se configura como una herramienta necesaria para la inteligencia colectiva, ya que para la colaboración y la toma de decisiones comunes es necesario un tipo de comunicación superior.
Las condiciones para que esto suceda son:
1. La multitud debe ser diversa.
2. Tiene que estar descentralizada.
3. Debe existir alguna forma de alcanzar las opiniones para llegar a un veredicto colectivo.
4. Los individuos deben ser independientes para que puedan valorar su propia información.
Sin embargo, los científicos advierten: “Las multitudes tienden a ser sabias sólo si los individuos actúan de manera responsable y toman sus propias decisiones. El grupo no será inteligente si sus miembros se imitan unos a otros, si siguen modas o si esperan que alguien les diga qué hacer. Cuando un grupo se comporta de manera inteligente, confía en que cada miembro hará lo que corresponde. Para quienes a veces nos preguntamos si vale la pena reciclar esa botella para disminuir el impacto sobre el planeta, la realidad es que nuestras acciones importan, aunque no logremos discernir cuánto inciden a nivel global”, escribió Peter Miller en National Geographic.
En un mundo complejo, como dijo el biólogo Thomas Seely: “La abeja no logra ver el panorama global, como tampoco lo vemos nosotros. Ninguno de nosotros sabe lo que la sociedad necesita, pero vemos a nuestro alrededor y nos damos cuenta de que la escuela necesita un voluntario, o que la iglesia necesita alguien que le corte el césped, o que podemos ayudar en una campaña política”. Desde esta perspectiva, la inteligencia colectiva, que atiende a estas necesidades y busca responder mediante acciones responsables, es un desafío cotidiano.
En síntesis, se consideramos que la Inteligencia Colectiva es aquella que está enfocada a la resolución de problemas generales (medioambientales, de salud, políticos, etc.), así como a la predicción de eventos futuros en base a aportaciones individuales interconectadas. También se centra en el estudio y creación de plataformas para el desarrollo de esta disciplina.