Hace algunos años, la enseñanza hacia énfasis en lo que el docente tenía que realizar para o para los estudiantes. Fue la labor y el conocimiento del educando lo que fue importante para saber si el estudiante aprendió o no, cumplió con los objetivos de logro o no. El viejo sistema de evaluación tenía que ver con marcar las casillas de lo que hizo el instructor, lo que se suponía que aseguraba que los estudiantes dominaran el contenido crítico.
Y si bien eso resultó en que los docentes hicieran muchas “distracciones” mientras demostraban su dominio de una variedad de estrategias de enseñanza, pero, no aumentó el rendimiento, no mejoró el aprendizaje y no hizo que los estudiantes ambicionarán aprender más que antes. Simplemente los dejó agotados como educadores.
De acuerdo con el autor Couros en el aprendizaje se debe aprender a diferenciar entre compromiso y empoderamiento. Si bien ambos son necesarios, el objetivo final es empoderar a los estudiantes, que deberán desarrollar las habilidades para el aprendizaje a lo largo de la vida. Es decir, se necesita el compromiso como entusiasmar a los estudiantes sobre “nuestro contenido, nuestros intereses y nuestros planes de estudio”.
Es importante señalar, que el empoderamiento puede ser desordenado, ruidoso cuando los estudiantes colaboran y se entusiasman con el aprendizaje, incluir múltiples fallas o puede significar que, mientras cada estudiante domina el contenido crítico, cada uno lo hace a su manera, persiguiendo sus propias pasiones individuales y basándose en sus propias fortalezas y debilidades personales. Se necesita más trabajo en la planificación para el docente, pero menos tiempo de conversación en el aula. Y, en lugar de simplemente cubrir el material y luego avanzar si todos los estudiantes están listos o no, significa que algunos estudiantes pueden necesitar pasar más tiempo en un concepto particular que otros. No obstante, lo que realmente significa es que el aprendizaje importante dura, que los estudiantes desarrollan sus propias habilidades de autoaprendizaje y que pueden avanzar en el futuro por su cuenta y sin nosotros a su lado.
Por lo tanto, el empoderamiento significa que los docentes están utilizando estrategias instructivas de gran tamaño y la integración estratégica de la tecnología. Significa que están hablando menos de los estudiantes y centrados en grupos. Es decir, que han adoptado el entrenamiento centrado en los estudiantes y el aprendizaje profesional se centra en cómo los ayudan a aprender mejor por sí mismos. Significa que entienden el hecho de que a veces fallarán, pero no los dejarán que sean fracasos.
En síntesis, significa que pasan su poder a los estudiantes. Esto no significa que deben abandonar toda la gestión del aula o que dejen de decidir no aprender. Pero, si las decisiones sobre qué tan lejos desean llegar, al igual que la responsabilidad de esas elecciones. Es decir, la labor docente reside en proporcionar el contenido, los recursos y la ayuda que puedan necesitar; ofrecer el estímulo cuando las cosas se tornan difíciles y los insistentes y gentiles llamados de atención cuando sean necesarios. Es ayudarles a descubrir posibles soluciones a los problemas, pero esto no significa darles todas las respuestas. Es ponerle a cargo de su propio aprendizaje dentro de ciertos límites muy amplios.
¿Qué hará el día de hoy para empoderar a sus estudiantes?
