El aprendizaje en la era digital, se puede asociar cada vez más con la movilidad y la ubicuidad, y se lleva a cabo en contextos donde la línea que divide el aprendizaje formal del informal es cada vez más difusa. Hablamos de aprendizaje, aprendizaje personalizado y multidispositivo. La necesidad de desarrollo personal y profesional permanente va en aumento, y es en esta realidad donde el microlearning surge como una modalidad de aprendizaje que puede facilitar la adquisición de competencias y actualización de conocimientos.
Hoy en día, esto requiere de esfuerzo en la planificación del aprendizaje ya sea en espacios de aprendizaje formal, no formal e informal para generar nuevos diseños, nuevos escenarios de aprendizaje y contenidos digitales que hoy necesitamos para hacer frente a estos cambios. No se trata sólo de un cambio en los tipos de herramientas a aplicar, es un cambio en el diseño de una educación o capacitación centrada en las necesidades de los aprendices.
Las necesidades de aprendizaje de cada estudiante son únicas y se debe diseñar un conjunto significativo de programas de aprendizaje y desarrollo profesional para permitirles aprender cuando deseen y de la manera más natural posible. El microlearning (en español microaprendizaje) se refiere a formas de aprendizaje a través de pequeñas unidades de contenido interconectadas y de actividades de corta duración (Lindner, 2006; Schmidt, 2007) pudiendo ser visualizadas y realizadas en cualquier momento y lugar (Melendez, 2015).
En la actualidad, se consume este tipo de material todo el día, cuando se necesita comprender o revisar conceptos clave o aprender a solucionar un problema puntual. Estas unidades de aprendizaje pueden accederse a través de plataformas de aprendizaje, pero son también pasibles de nuevas formas de distribución como mailings, mensajes de WhatsApp, SMS, códigos QR, entre otros.
Las cápsulas desarrollan un tema concreto y son consumidas rápida y fácilmente en el momento y las circunstancias donde se las necesita, permitiendo un aprendizaje en pequeños pasos y en pequeñas piezas que forman un conocimiento conectado más amplio y profundo a largo plazo (Schäfer & Kranzlmüller, 2007).
En síntesis, las actividades de microlearning se adaptan al ritmo y estilo de aprendizaje de cada usuario. Su breve extensión requiere tiempos de atención cortos, lo cual permite que el aprendizaje sea más fácil de integrar con la memoria a largo plazo. El micro aprendizaje posibilita además un aprendizaje inteligente (smart learning), que es ubicuo, está centrado en el estudiante y se caracteriza por ser un aprendizaje efectivo, inteligente y adaptado basado en la infraestructura avanzada de TI, o tecnologías de la información (Gawk, 2010).