En la actualidad, la incorporación efectiva de las tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje es uno de los temas con más auge en la investigación. Esto ha producido el surgimiento de modelos tecno-educativos con el fin de guiar la manera en que las herramientas tecnológicas son aplicadas para potenciar el aprendizaje en los estudiantes. El modelo de Sustitución, Aumento, Modificación, Redefinición (SAMR) desarrollado por Puentedura (2006), consiste en un conjunto jerárquico de 4 niveles que permite evaluar la forma en que las tecnologías son usadas por los docentes y estudiantes en las clases.
A continuación, se reseñan cada uno de los cuatro componentes del modelo SAMR:
SUSTITUIR: En este primer nivel, las TIC actúan como herramienta sucesora directa, sin cambio funcional. Es decir, los docentes integran las TIC en sus actividades de enseñanza-aprendizaje, de manera que los estudiantes realicen las asignaciones que antes efectuaban, sin utilizar tecnología. En este nivel no se realiza ningún cambio en la didáctica de las actividades. Por lo regular, este primer nivel del modelo SAMR se centra en el docente que guía todos los aspectos de la clase, pero apoyándose en las TIC.
AUMENTAR: Las TIC actúan como herramienta sustituta directa, pero con mejora funcional. Se reflexiona, que las TIC agregan mejoras funcionales a una experiencia de aprendizaje, sin embargo, si no se utilizan, la actividad de clase no sufre cambios radicales en su diseño. En este segundo nivel del modelo SAMR no se presentan cambios en la didáctica de las actividades, pero el uso de las TIC pasa a manos de los estudiantes de manera más activa que en el nivel anterior, quienes las utilizan para realizar las labores propuestas.
MODIFICAR: Las TIC permiten rediseñar las actividades de aprendizaje. Por lo tanto, el uso de las TIC aporta un cambio funcional significativo al solicitar del docente reformular las actividades de aprendizaje que lleva a cabo regularmente en el aula sin el uso de éstas. Esta reformulación permite adaptar las actividades a los medios tecnológicos disponibles en la institución. Dicha reformulación depende fundamentalmente del uso intencionado, enfocado y efectivo de las TIC.
REDEFINIR: Las TIC permiten crear nuevas actividades de aprendizaje, antes inconcebibles. En este nivel del modelo SAMR el docente debe formularse preguntas tales como. ¿En qué consiste la nueva actividad? ¿Cómo hacen posible las TIC la nueva actividad? ¿La nueva actividad plantea retos a los estudiantes para elaborar productos? La colaboración entre estudiantes se hace indispensable y las TIC facilitan la comunicación entre ellos.
En síntesis, el modelo SAMR establece una ruta clara, y se inicia en un primer momento introduciendo la tecnología como un nuevo elemento más de la clase. Este nuevo elemento sustituye a otros que se habían venido utilizando habitualmente, pero no necesita de ningún cambio en la manera de trabajar del docente ni de los estudiantes.
