La expresión “Alfabetización Informacional” (AI), generalmente es interpretada como la capacidad para dominar aspectos básicos en el uso de ordenadores y también en ocasiones suele ser relacionada con otras alfabetizaciones como: alfabetización informática, alfabetización en redes, entre otros. Pero, se hace necesario precisar que entre ambas nociones existen notables diferencias e interrelaciones, estas últimas son sólo un escalón en la búsqueda de una AI.
De acuerdo con el autor Bawden, y otros autores el término AI fue utilizado por vez primera por Zurkowski en 1974, quien observaba la AI como resultante de la transformación de los servicios bibliotecarios tradicionales en innovadoras entidades suministradoras de información. En este caso la AI se relacionó al uso eficaz de la información dentro de un entorno laboral y específicamente con la resolución de problemas. Al respecto, Zurkowski expreso: “Pueden considerarse alfabetizados, competentes en información, las personas que se han formado en la aplicación de los recursos de información a su trabajo. Los que han adquirido las técnicas y las destrezas necesarias para la utilización de la amplia gama de herramientas documentales, además de fuentes primarias, en el planteamiento de soluciones informacionales a sus problemas”.
La AI está enfocada hacia el “aprender a aprender”, hacia la adquisición de habilidades o competencias para que una persona pueda actuar de manera autónoma en un contexto creciente de información, disponible y accesible en cualquier formato, una sociedad donde el conocimiento se renueva constantemente, donde aparecen o se transforman nuevas disciplinas. Por lo tanto, estos retos demandan de un individuo creativo, reflexivo, que tenga la capacidad de tomar partido desde una posición justa y ética para el bien de su comunidad.
El autor Doyle (1992), considera una persona culta en información si:
1. Reconoce que la información precisa y detallada es la base para una toma de decisiones inteligente.
2. Reconoce la necesidad de información.
3. Formula preguntas basadas en esa necesidad de información.
4. Identifica las fuentes potenciales de información.
5. Desarrolla estrategias de búsqueda con éxito.
6. Accede a fuentes de información que incluyen tecnología informática y otras.
7. Evalúa la información.
8. Organiza la información de cara a una aplicación práctica.
9. Integra la información nueva en un área de conocimiento existente.
10. Utiliza la información en el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
En síntesis, por esta razón, y por la estrecha vinculación de estas necesidades con las TIC, debe enfocarse la formación de usuarios a desarrollar habilidades para utilizar de manera eficiente todas clases de recursos de información, lo que implica además del acceso, el análisis e interpretación de la información y la generación de conocimientos que se traduce en AI, motivo por el cual las Bibliotecas universitarias deben reconocer e integrar en sus programas de aprendizaje, este concepto.