Durante varias décadas, las instituciones educativas han sido consideradas como lugares independientes, donde tiene lugar la enseñanza y el aprendizaje. Los términos «ecologías» y «ecosistemas» se utilizan para representar las interacciones dinámicas entre plantas, animales, microorganismos y su entorno, trabajando juntos como una unidad funcional. Las ecologías son sistemas vivos que contienen una diversidad de factores que interactúan entre sí, que se autoorganizan, adaptan y son frágiles.
El autor Siemens definió una ecología del aprendizaje como «el espacio en el que se produce el aprendizaje» (2007, p.63). Asimismo, el autor señala que las características de una ecología establecen lo que puede coexistir dentro de ella. Lo que nos lleva a reflexionar que las ecologías del aprendizaje están constituidas para lucrar a un propósito en particular. Además, de acuerdo con Travin (2015) sustenta que una ecología del aprendizaje se compone de cuatro etapas: control del docente, individual, relacional y social. Por lo tanto, se puede reflexionar que una ecología del aprendizaje “es un ecosistema autosuficiente en el que se brinda a los estudiantes una colección de recursos y herramientas seleccionados que respaldan su crecimiento, aprendizaje y fomentarán la participación” (Mujica-Sequera, 2021).
A continuación, listaremos algunas características de una ecología del aprendizaje de acuerdo con Siemens:
- Adaptable, dinámico y receptivo: La ecología permite la adaptación a las necesidades de los agentes dentro del espacio.
- Caótico: La diversidad genera caos que se crea en entornos y sistemas dinámicos.
- Autoorganización y dirigida individualmente: La organización se produce a través de las interacciones continuas de elementos dentro de la ecología.
- Vivo: Presenta cambios continuos, novedad, actividad.
- Diversos: con múltiples puntos de vista y nodos existentes.
- Informalidad estructurada: La estructura permite una diversidad continua de apertura que no restringe el desarrollo.
- Emergente: El espacio en sí mismo está evolucionando y se adapta (2007, p.63).
En tiempo de pandemia, el concepto de una ecología del aprendizaje puede ayuda a ir más allá de la visión estrecha de las instituciones educativas. Una ecología del aprendizaje tome en consideración la cantidad de personas y lugares en las que se encuentra un educando.
En síntesis, la noción de una ecología del aprendizaje sitúa el énfasis directamente en el estudiante y aprendizaje, además, mapea las múltiples conexiones e interacciones que contribuyen a hacer que el aprendizaje suceda para ese individuo, cohorte o sociedad.