Existe una amplia diversidad de sistemas de motivación en los seres humanos y la ingeniería ha logrado construir máquinas dotadas de sistemas similares con el objetivo de proporcionarles autonomía y propiedades de inteligencia similar a la vida (Arkin, 2005). Esto es más prominente en los humanos porque poseen motivaciones más generales que los empujan a explorar, manipular o sondear su entorno, fomentando la curiosidad y participación en actividades nuevas y divertidas.
Este tipo de motivación, que los psicólogos denominan motivación intrínseca (Ryan & Deci, 2000), es fundamental para el desarrollo sensoriomotor y cognitivo a lo largo de la vida. La motivación intrínseca se define como la realización de una actividad por su satisfacción inherente más que por alguna consecuencia separable. Cuando está intrínsecamente motivada, una persona se ve impulsada a actuar por la diversión o el desafío que conlleva, más que por productos externos, presiones o recompensas.
La motivación intrínseca es claramente visible en los niños pequeños, que constantemente intentan agarrar, lanzar, morder, aplastar o gritar a los nuevos objetos que encuentran. Incluso si son menos importantes a medida que crecen, los adultos a menudo están intrínsecamente motivados mientras juegan crucigramas, hacen pinturas, jardinería o simplemente leen novelas o ven películas. No obstante, la motivación extrínseca contrasta con la motivación intrínseca, que se refiere a realizar una actividad simplemente por el disfrute de la actividad en sí, más que por su valor instrumental (Ryan & Deci, 2000).
Vemos que una característica central que diferencia la motivación intrínseca y extrínseca es la instrumentalización. También vemos que los conceptos de motivaciones intrínsecas y extrínsecas forman una distinción diferente a la que existe entre motivaciones internas y externas. En la literatura computacional, «intrínseco» se usa a veces como sinónimo de «interno» y «extrínseco» como sinónimo de «externo».
Existen motivaciones extrínsecas que pueden ser internas y viceversa. Además, es posible que un niño pueda hacer a fondo su tarea porque está convencido de que le ayudará a conseguir el trabajo que sueña, más tarde cuando sea un adulto. En este caso, la causa para la acción se genera internamente y la tarea nuevamente no se logra por sí misma, sino porque el niño cree que conducirá al resultado separado de conseguir un buen trabajo. Además, es posible que un niño haga sus deberes a fondo por el gusto de hacerlo y porque experimente placer en el descubrimiento de nuevos conocimientos o porque considere, por ejemplo, su problema matemático tan divertido como jugar un videojuego. En este caso, su comportamiento está intrínseca (e internamente) motivado.
En síntesis, estos diferentes tipos de motivaciones también pueden a veces superponerse o entrelazarse en la misma actividad global. Por ejemplo, es muy posible que un niño que hace su tarea esté motivado en parte extrínsecamente por obtener una calificación alta en el examen y en parte intrínsecamente motivado por aprender cosas nuevas e interesantes.