Hoy en día, la mayoría de las universidades y centros educativos se han propuesto como misión formar profesionales íntegros y comprometidos con el desarrollo sostenible de sus regiones y con el fomento de la igualdad de oportunidades y de la calidad educativa. De allí, su interés en adaptar los cambios, métodos, investigaciones y avances que se dan en la ciencia y la técnica, con el propósito de que las personas que se educan en estos espacios, logren desempeñarse adecuadamente en sus actividades profesionales y también puedan desarrollarse en su vida personal.
Un modelo pedagógico es un conjunto de elementos que guían la forma en que debe llevarse a cabo el proceso de enseñanza y de aprendizaje para cumplir con la misión, la visión y los principios estratégicos de la institución. Es un marco de referencia que incluye teoría de base y una metodología educativa basada en esa teoría. La principal función del modelo pedagógico es orientar las actividades educativas, en especial las que se ocupan del diseño curricular, la elaboración de materiales didácticos, a los procesos de estudio y aprendizaje del estudiantado, las labores de facilitación y apoyo, tanto de índole académica como de servicios, y los procesos de evaluación del aprendizaje.
Es pertinente señalar, que un modelo pedagógico es un instrumento orientador que debe revisarse permanentemente, de manera que vaya evolucionando con el mejoramiento de la institución, y con los avances científicos que vayan surgiendo. Algunas de las capacidades y habilidades que deben promoverse en el proceso educativo para formar personas plenas, son las siguientes:
1. Autonomía, independencia, flexibilidad y una mentalidad abierta.
2. Autoconciencia de los procesos del propio aprendizaje.
3. Sentido crítico.
4. Disposición para aprender en espacios informales que rompen con los espacios tradicionales conocidos.
5. Constancia en el aprendizaje.