La mayoría de los docentes piensan que su labor consiste en dar solo respuestas. Esto realmente esto hasta más lejos de la realidad. Realmente su labor se trata es de hacer las mejores preguntas, porque haciendo las mejores preguntas serán capaz de dar lo mejor que hay en ellos en su aula de clases, y esto les permitirá ser cada día mejor en sus enseñanzas y esto a sus vez resultará favorablemente en su vida personal. Ahora bien, el docente en la vida diaria debería preguntarse ¿Qué lo que realmente me aleja de mis estudiantes?
Al realizar un análisis en el aula de clases, encontramos las siguientes repuestas al momento de observar al docente impartiendo sus conocimientos:
- El docente nunca debe dirigirse a un alumno utilizando el pronombre tú. (Ejemplo, Tú, ven aquí). Ya que esto es impersonal y autoritario. Además tiene un alto valor intimidatorio que no hace más que socavar la autoestima de sus estudiantes. Los docentes al cambiar la orden por una pregunta abierta, podrían conseguir crear un puente con el estudiante y un lazo emocional que siempre les reportarán beneficios en el aula de clases.
- ¿Por qué el docente se exige una persona dentro del aula y de otra forma fuera de ella? Al momento de observar por un momento a los estudiantes, se podrá comprobar que ellos son siempre los mismos. ¿Por qué el docente no puede hacer lo mismo? ¿Qué ganan siendo dos personas distintas? Si realmente deseas ganar tu aula de clases, debes ser consciente de que cuanto más coherente sean consigo mismo, más valor le darán sus estudiantes a esta cualidad. Esto realmente so se trata de ser mejor, simplemente se trata de ser siempre uno mismo en todo momento.
- Cuando el docente enseña desde el miedo y estará cada vez más alejado de tus estudiantes. Como docente nunca debes confundir estos tres términos: respeto, autoridad y miedo. En muchas ocasiones la conducta en el aula es la de impartir miedo, de enseñar a través del miedo y la amenaza. Por tanto, debes saber que el miedo disminuye la autoestima y anula la empatía con los estudiantes. De lo que se trata no es de dar miedo, sino de que disfruten y anhelen estar en el aula de clases.
- El docente nunca se debería molestar con el error. Todo lo contrario. Debería premiarlo. De no olvidarse que si un estudiante nunca se equivoca, nunca será capaz de aprender nada nuevo. El error forma una parte esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje y así es como hay que verlo. No hay que castigar nunca el error. Todo lo contrario. Hay que hacer del error una oportunidad para que los estudiantes ganen la seguridad, y se arriesguen a decir lo que piensan y lo que sienten. Hoy más que nunca hay que enseñar no desde el acierto, sino desde el error y así conseguirás tener estudiantes más seguros de sí mismos y obtendrás así mucha más empatía con ellos.
- Cuando el docente expresa “Son el peor grupo, Son el grupo con peores notas. Son la clase que peor se porta…” ¿Cómo quiere el docente ganarse a sus estudiantes usando tales generalizaciones? Las generalizaciones, tanto para bien como para mal, son muy dañinas para en el aula de clase. De lo que se trata es de personalizar al máximo. Sacar el máximo partido de cada uno y nunca desde la generalización ni la comparación, sino partiendo del propio estudiante. Cuanto más pienses en términos de grupo, más alejado estarás de cada uno de los estudiantes de dicho grupo. Trabaja desde la individualidad. Haz ver a cada estudiante de forma individual cuáles son sus capacidades, sus puntos fuertes y en cuáles debe mejorar. Si individualizas, lo que conseguirás es hacer un grupo más fuerte y un grupo más fuerte siempre será un grupo que funcionará mejor.
- ¿Cuántas promesas hacen el docente en una clase que después no han sido cumplidas? Lo docentes deben ser extremadamente cuidadosos con las promesas que haces a sus estudiantes, al igual que las amenazas. Siempre se debe pensar que los estudiantes tienen un sentido de lo que se entiende por justicia mucho más estricto que el que tiene el docente. Por tanto, deben evitar las promesas y, en la medida que te sea posible, transfórmalas en compromisos. La promesa es unidireccional, mientras que el compromiso es un acuerdo entre dos o más.
- Esto es crucial para los docentes. El docente, tienes muy definido el rol tanto de docente como de estudiante. En la actualidad, más que nunca se hace necesario que el estudiante asuma otro rol que no sea exclusivamente el de estudiante. En una clase con un docente y treinta estudiantes hasta ahora se pensaba que el único que tenía algo que enseñar era el docente. Hoy en día esto es visto como un auténtico error. Si se piensa en el potencial de lo que puede enseñar una única persona y de lo que podrían enseñar treinta. Cuanto más alejen las opciones de cambio en el rol a los estudiantes, estos alumnos más alejados estarán de la realidad del docente, porque la enseñanza unidireccional a la larga sólo crea aburrimiento. Nunca se debería permitir pensarles que un docente es aburrido. Y si el docente es aburrido es porque crees y haces creer a los estudiantes que es el único que tiene algo que aportar en una sesión educacional. Si realmente el docente no está dispuesto a aprender de tus alumnos, ¿Por qué se extrañan cuando ellos no quieren aprender de ti?
- Como reflexión ¿Cuándo fue la última vez que pediste perdón delante de tus estudiantes? Si no eres capaz de recordarlo. Aún existe esta idea preconcebida del docente que lo sabe todo, que tiene todas las respuestas. Otro error que no hace más que alejarte de sus estudiantes. Anteriormente hemos dicho que el error bien gestionado conlleva un aumento de la autoestima de los estudiantes, el saber pedir perdón, el reconocer que se han equivocado te permite ser más humano en el aula de clases, los acerca los estudiantes y aumenta la empatía con ellos. El perdón, como el error, siempre deben ser tus aliados, siempre deben humanizar y acercar a las personas.
- Si el docente se sientas en una silla más cómoda, tiene una mesa más grande, nunca borra la pizarra, nunca vas a por tiza o marcador, llega tarde. Estos son privilegios y más privilegios. No se dice que no sean necesarios. Simplemente se debe que se trata de gestionar de la mejor manera posible estos privilegios porque pueden hacer que te alejen aún más de los estudiantes. Los privilegios pueden provocar distanciamiento, pero mal utilizados dan la sensación de superioridad, de menosprecio hacia los que te rodean. Hay docentes que le dan mucha importancia a estos detalles. Pues bien, cuanta más importancia les des a dichos detalles, más alejado vas a estar de los estudiantes, más difícil te será conectarse con ellos. Los docentes deberían usar estos privilegios desde la naturalidad, pero nunca desde la prepotencia.
- La vida ensena la distancia es el olvido. Se trata de una actuación altamente efectiva y que te reportará una mejora, un acercamiento en la relación con los estudiantes. Por unos instante sé uno más, coopera con los estudiantes en mover mesas y sillas, sé uno más a la hora de colgar unos murales en las paredes del aula de clases, siéntate con ellos, mezclarse con los estudiantes cuando estén viendo algún contenido audiovisual. En una aula de clases siempre hay tiempo para enseñar, pero también hay tiempo para cooperar, para que se vea la implicación con lo que hace el docente, para que se vea la pasión que siente el docente por tu trabajo.