El ambiente en un aula de clases, es de vital importancia, dado que la mayoría de las situaciones de aprendizaje que se dan durante la rutina diaria y suceden dentro del salón de clase. Sin embargo, se debe tener en cuenta que toda actividad y situación dentro y fuera del salón de clases puede ser motivo de enseñanza aprendizaje.
Es relevante considerar el espacio, la distribución del mobiliario, ya que estos elementos apoyan a las relaciones interpersonales que se dan dentro del aula de clases, favorecen la construcción del conocimiento y contribuyen al éxito de las situaciones de aprendizaje y las relaciones sociales. Es importante que exista un ambiente de libertad para que el estudiante desarrolle su potencial creativo.
Los educandos que sienten libertad para intentar nuevos modos de usar los materiales, serán más creativos que los estudiantes a quienes se les enseña que sólo existe un modo correcto de hacerlo todo. Es necesario y recomendable que desde el primer día el docente permita que los educandos experimenten, es decir, dejar que éstos dejen aflorar a través de la escogencia de los materiales su interés, posibilitando que el educador a través de la observación se dé cuenta de lo que a cada uno le gusta.
En el proceso de planificación se requiere que el docente tenga en cuenta la manera como distribuye los espacios al interior del salón de clase, por lo que esta actividad debe ser prevista antes de que se comience el período escolar. En esta adecuación deberá evaluar los materiales a utilizar y definir de qué manera pueden estimular y ayudar al alcance de los objetivos previstos para cada actividad. El educador a la hora de disponer los muebles en el salón de clase, debe tener en cuenta lo siguiente: un lugar para trabajar él o ella y que desde éste pueda visualizar toda la clase, no debe haber ningún mueble alto en mitad de la clase. La estrategia es que ellos estén apoyados a la pared.
Todos los estudiantes deben tener su lugar para trabajar. Por otra parte, se hace necesario profundizar y entender los términos espacio físico y ambiente físico, los cuales a pesar de estar interrelacionados no quiere decir que apunten a lo mismo. Según Iglesias (1996), ¿el espacio físico se refiere al local donde se realizan las actividades, el cual se caracteriza por tener material, mobiliario, decoración y objetos; mientras que el ambiente, es el conjunto del espacio físico y las relaciones que se establecen en él; como, por ejemplo, los afectos y las interrelaciones entre las niñas y los niños y el docente.
En síntesis, el ambiente físico se define como el conjunto de relaciones interpersonales que se dan en el aula, y el espacio físico donde se lleva a cabo la labor educativa. Al respecto, Iglesias (1996) define el ambiente como un todo indisociado de objetos, olores, formas, colores, sonidos y personas que habitan y se relacionan en un determinado marco físico que lo contiene todo, y al mismo tiempo, es contenido por todos estos elementos que laten dentro de él como si tuvieran vida. Por esto, el mobiliario del aula, su distribución, las paredes, los murales, los materiales, el modo en que estén organizados y la decoración, indican el tipo de actividades que se realizan, las relaciones que se dan, así como los intereses de los estudiantes.