Los estudiantes de este nivel de estudio aprenden rápidamente que al entrar al aula de clases deben olvidarse de todo lo que constituye su centro de interés y responder a las indicaciones de los educadores, de esta manera encuentran que el mundo escolar les exige apartarse de sus motivaciones para alcanzar los logros propuestos. Los docentes se han preocupado más por los contenidos que deben transmitir a los estudiantes, que por la aplicabilidad que los mismos tengan en la vida cotidiana, como lo sustenta el autor Pozo “reducir el aprendizaje a un proceso repetitivo o reproductivo de conocimientos precocinados listos para el consumo”.
Los educandos desde que descubren su capacidad de expresión oral y encuentran que pueden hacerse entender a través del lenguaje, utilizan diversas estrategias comunicativas para mantener diálogos con sus compañeros o con los adultos que les rodean, disfrutan relatando sus propias experiencias e inventan historias y hacen el papel de intérpretes de los diferentes roles que observan en su contexto inmediato. Mediante ese intercambio comunicativo, van aprendiendo las diferentes formas de usar el lenguaje, esta adquisición requiere de un contexto social oportuno, de una estimulación adecuada por parte de las personas adultas y jóvenes, sean padres, familiares, docentes, compañeros o amigos.