Cuando se reflexiona sobre el bienestar económico, se comprende las necesidades asociadas a los bienes y servicios que puede adquirir la población mediante el ingreso. La medición considera dos elementos: la población con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo y la población con un ingreso inferior a la línea de bienestar. El espacio de los derechos sociales se integra a partir de las carencias de la población en el ejercicio de sus derechos para el desarrollo social. Uno de los derechos sociales fundamentales de la población es la educación. No obstante, aun cuando este derecho se encuentra establecido constitucionalmente, esto no se traduce en que toda la población. El acceso universal a la educación actualmente presenta algunos retos como “conservar y ampliar la matrícula escolar, asegurar las mismas posibilidades de aprendizaje y atender prioritariamente el ingreso, formación y acompañamiento de los docentes”.
A pesar de los avances, no existen oportunidades de acceso iguales para todas las entidades ni para hombres y mujeres. Esto se ve reflejado en los datos del rezago educativo, extra-edad, abandono escolar y analfabetismo que varían dependiendo de los grupos sociales, la situación económica, los patrones culturales y los aspectos geográficos. El nivel de rezago educativo de los diferentes países del mundo puede ser difícil de determinar debido a que existen diversas maneras de conceptualizar el fenómeno. Igualmente, el número de años de escolaridad aprobados o no y el grupo de edad al que se pertenece.
Asimismo, los fenómenos asociados a las trayectorias escolares como el ingreso tardío, la reprobación, la repetición y las bajas temporales, entre otros aspectos, llevan a considerar a un individuo rezagado o no, y también pueden variar. Si bien se observa una tendencia que indica, a mayores niveles educativos de los padres, mejores logros, se registran dos fenómenos que relativizan esta tendencia:
1. Estos valores sólo adquieren trascendencia;
2. La diferencia entre rendimientos medios muestra muy poca diferencia según nivel educativo de los padres.
En síntesis, la adopción de una nueva generación de políticas en materia de rezago debe responder a las siguientes preguntas: ¿qué debe cambiar en el sistema educativo para prevenir, combatir y abatir el fenómeno desde la perspectiva de la educación permanente?, ¿hasta qué grado es inevitable que haya cierto grado de rezago?, ¿cuál es el nivel aceptable?, ¿cuáles son los límites inaceptables?, ¿cuáles han sido las políticas, los programas, las estrategias y las líneas de acción exitosas y qué se ha hecho mal, qué se puede mejorar? ¿qué debe cambiar para reducir significativamente el rezago educativo?