Es bastante común que los conceptos “Nuevas Tecnologías”, “Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación y “Tecnología Educativa”, aparezcan en muchas propuestas actuales. Actualmente usamos la denominación “Nuevas Tecnologías” para referirnos al conjunto de aparatos o medios basados en las utilizaciones de tecnología digital, pero el concepto “Nuevas Tecnologías” plantea diferentes problemáticas para su correcto uso, estas problemáticas se han abordado en la actualidad desde distintos puntos de vista.
El autor DE PABLOS PONS, J., sostiene que «Es evidente que al referimos a la T.E. (Tecnología Educativa) estamos hablando de un ámbito de trabajo y de investigación incluidos en el campo de la Didáctica, considerando a ésta desde una perspectiva moderna, es decir, fundamentalmente como un campo interdisciplinar. Es por lo tanto, en este marco donde encontramos disciplinas identificadas desde hace tiempo como soporte para el desarrollo de la T.E., como son la Psicología del Aprendizaje, la Teoría General de Sistemas, que formaliza el importante desarrollo de los modelos didácticos, o las Teorías de la Comunicación con una importancia creciente por sus desarrollos actuales. Asimismo, CABERO, J., sustenta «La T.E. es una disciplina de la Didáctica, con un carácter bastante polisémico debido a la diversidad de formas en que ha sido definida. A grandes rasgos podríamos diferenciar una visión instrumental y dentro de ésta, el diseño de situaciones mediadas de aprendizaje, pero siempre entendiendo que este diseño debe referirse no tanto a productos acabados como a procesos tecnológicos, que en todo momento deberán revisarse y adaptarse a los contextos concretos en los que han de aplicarse, de forma que sirva para plantear los problemas allí surgidos.
De este modo, los enfoques primigenios de Shumpeter tuvieron un sesgo hacia un relativo determinismo tecnológico como base de la innovación y la competencia capitalista, pero enfoques más contemporáneos formulados dentro de esta escuela de pensamiento han tomado en consideración las estructuras sociales, las culturas, las infraestructuras, los procesos de creación de conocimientos y el capital humano o social, como concluyentes de tales procesos de innovación (Pérez, 2004).