El aprendizaje es una condición imprescindible de la educación efectiva y el logro humano. Eso abarca cambios complejos en el estudiante desde su compromiso dinámico con un medio ambiente igualmente cambiante. En el mejor de los casos, la interacción de lo biológico, fisiológico, procesos cognitivos y de comportamiento que apoyan al estudiante en interacciones con el entorno sigue siendo robusto y resistente durante un tiempo de vida positivo y negativo.
Las experiencias en casa, en el aula de clases, en el lugar de trabajo y en la longevidad, son la llave en el viaje a través de esta sociedad cada vez más intensiva en conocimiento y en rápido cambio, dura toda la vida. El aprendizaje es un tema de investigación importante en muchas disciplinas, pero hay mucho conocimiento confinado dentro de límites y prácticas disciplinarias.
Para enfrentar estos desafíos, la Fundación Nacional de Ciencia estableció la Ciencia de los Centros de Aprendizaje (SLC). El lanzamiento de este programa fue oportuno, aprovechando los avances tecnológicos, particularmente en neurociencia, ingeniería y ciencias informáticas y de la información, que permitieron un nuevo examen de problemas de aprendizaje, plantearon nuevas preguntas y ofrecieron nuevos enfoques para el estudio de aprender previamente no es posible. Se fomentó la ciencia del equipo interdisciplinario y se amplió.
El rango de experiencia tradicionalmente identificado con el estudio del aprendizaje en el contexto de metas educativas, la premisa era que las nuevas perspectivas se encontrarían a través de la convergencia y la integración conocimiento en las interfaces de muchas disciplinas, y que avanza en nuestra comprensión del aprendizaje tendría impactos sociales de amplio alcance. Se esperaba que las nuevas perspectivas no solo transforman la forma en que se aprende y se enseña, pero también condujo a innovaciones en diversas tecnologías (por ejemplo, en salud y seguridad nacional) que impregnan el trabajo y la fuerza laboral del siglo XXI.
En síntesis, es importante que los docentes cuenten con mayores elementos que les permitan obtener una mejor comprensión de lo que significa el complejo acto de aprender y por consiguiente lo que implica la labor de enseñar. Es importante que los educadores se interesen por su acción didáctica dentro del aula con elementos derivados de la investigación científica y desde un enfoque más complejo. He aquí la necesidad de que cada lector, en especial aquellos que se dedican al apasionante acto de generar y diseñar experiencias de aprendizajes, se acerquen al tema y extraigan de éste los elementos necesarios que les ayuden a mejorar los resultados obtenidos y manejar el debate en torno al aprendizaje, desde los aportes ya no sólo de la filosofía o psicología, sino ahora también de la neurociencia cognoscitiva.