Actualmente, uno de los retos más importantes en la educación radica en el ámbito de la formación digital, situando el mayor énfasis en las acciones formativas que combinen la formación tradicional y en línea, lo que también es conocido como “blended learning” o modalidad mixta; esto ha comprometido que quienes se desarrollan en el contexto educativo, a reconstruir y aprovechar los beneficios que, para los procesos de enseñanza-aprendizaje, implican el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
El aprendizaje significativo, no debe ser considerado como un tema de todo o nada, sino de valor, es decir, no abarca diseñar una actividad de evaluación para saber si el estudiante ha logrado o no un aprendizaje significativo, lo que procede es revelar el grado de significatividad del aprendizaje ejecutado a través de actividades y trabajos susceptibles de ser abordadas o resueltas a partir de diferentes grados de significatividad de los contenidos implicados en su desarrollo o resolución. Por lo tanto, para que el aprendizaje significativo pueda materializarse se requiere de una serie de acciones y/o cogniciones en cada uno de los estudiantes.
A continuación, listaremos las dimensiones cognitivas necesarias para alcanzar el proceso significativo de la enseñanza-aprendizaje:
1. La motivación: Se puede asegurar que el grado de significatividad dependerá en gran parte de la fuerza de esa predisposición.
2. La comprensión: Se requiere investigar la relación entre los conocimientos previos y los nuevos, para poder alcanzar la comprensión de los contenidos.
3. La funcionalidad: Es lo que permite utilizar los conocimientos adquiridos para resolver problemas en contextos diferentes.
4. La participación: Es la integración de los diferentes momentos en los que se reflexiona sobre su propio proceso: analizar, valorar, actuar, detectar las dificultades y los medios para resolverlos, además de extraer conclusiones.
5. La relación con la vida: Consiste en reflejar la satisfacción de necesidades reales.
En síntesis, la comunicación entre los docentes y estudiantes se pone en relieve para el proceso de construcción de significados como elemento central de la enseñanza. Las instituciones educativas deben estar comprometidas tanto en la incorporación de las tecnologías en sus aulas, como en la capacitación de sus docentes y sobre todo en el uso de estas herramientas con fines pedagógicos, al mismo tiempo, en que el esfuerzo se vea enfocado en lograr que los estudiantes sean aprendices eficaces, autónomos y sobre todo practiquen de la mejor manera la autogestión.
