Las personas con dislalia presentan las siguientes dificultades:
1. No puede articular correctamente.
2. Pronuncia de manera inadecuada los fenómenos de la lengua.
3. Habla con tonos agudos.
Las causas de la dislalia son:
1. Orgánicas: alteraciones en alguna función orgánica determinada.
2. Ambientales: vivir en un ambiente que no favorezcan la fluidez del lenguaje y la comunicación.
3. Psicológicas: podemos encontrar trastornos de tipo afectivo, efectos de adaptación familiar, traumas, efectos de un ambiente sobre protector, entre otros.
4. Factores hereditarios.
5. Falta de comprensión o discriminación auditiva: dificultades para diferenciar sonidos determinados.
6. Dificultades en la percepción de espacio y tiempo.
7. Falta o disminución de la audición.
Entre los tipos de dislalias, tenemos:
1. Dislalias orgánicas: son debidas a alteraciones orgánicas, que se clasifican en función de la zona que se encuentra afectada o alterada. Estas incluyen la disglosia, la disartria y la dislalia audiógena. La disglosia es un trastorno de la articulación debido a lesiones físicas o malformaciones de los órganos articulatorios periféricos. La disartria es un trastorno que se da como consecuencia de daños en el sistema nervioso central y se caracteriza por una pérdida del control motor y por una debilidad muscular. La audiógena es debida a problemas en la audición.
2. Dislalias evolutivas: se caracterizan por una incapacidad para producir de manera correcta los fonemas. Producidos por a una inmadurez cerebral y un inadecuado desarrollo del aparato fono-articulator, aparato que nos permite emitir la voz.
3. Dislalia funcional: hace referencia a las alteraciones de la articulación y pronunciación de determinados sonidos, que son debidas a un funcionamiento incorrecto de los órganos articulatorios, pero sin existir ninguna causa orgánica.
Por lo tanto, se hace necesario destacar que frecuentemente que los errores más comunes presentados por las personas se caracterizan por la presencia de omisiones, sustituciones o distorsiones que afectan a las consonantes «r, s, l, k, z, ch» y que también afectan a los sinfones (dos consonantes en una misma sílaba).
Pero ¿cómo podemos ayudar a las personas con dislalia?
Los principales tratamientos de la dislalia son:
1. Realizar ejercicios que puedan promover una articulación correcta.
2. Trabajar la psicomotricidad, para mejora de la agilidad bucal y facial, la distinción auditiva, que permita identificar sonidos, la emisión de todas las articulaciones y un buen control de la respiración.
3. Trabajar la relajación, a fin de poder eliminar tensiones y rigidez y poder facilitar los movimientos articulatorios del paciente.
4. Reproducir movimientos y posturas bucales.
5. Ejercicios labiales y linguales.
6. Diferenciar y comparar sonidos.
En síntesis, la finalidad del tratamiento de la dislalia es enseñar y/o estimular la capacidad de la persona para ejecutar las posturas correctas para producir determinados sonidos y, al mismo tiempo, promover la mejora de la coordinación de los movimientos necesarios para poder reproducir esos sonidos. Por ende, este problema en el lenguaje oral puede acarrear problemas afectivos, baja autoestima y dificultades de aprendizaje debido a estos factores.