Hoy en día al reflexionar sobre la educación, se puede señalar que hace unas pocas décadas, las instituciones educativas, universidades e incluso las organizaciones educativas, adoptaron el aprendizaje a través de módulos estructurados, cursos y programas impartidos por el docente, es decir, un educador y un grupo de oyentes pasivos.
No obstante, con el crecimiento de las plataformas virtuales, la mayoría de los programas en línea siguió siendo la misma, con la automatización tecnológica simplemente mejoraron los métodos de entrega. Pero, ahora con la conectividad que se produce a través de las redes sociales, el modelo de entrega no solo ha cambiado notablemente, sino, que, además, la construcción y el desarrollo de contenido. Las plataformas sociales han redefinido completamente la forma en que las personas crean y buscan los contenidos. No es sorprendente que la revolución social haya tenido un impacto en el aprendizaje y en el desarrollo, preparando el escenario para el aprendizaje social; un término ideado por Bandura en 1977.
La teoría del aprendizaje social se ha reinventado y se ha convertido en el factor más poderoso que revoluciona la educación moderna. El cual, se ha beneficiado de Internet gracias a gran cantidad de recursos de información y herramientas para el aprendizaje, los docentes pasaron al rol de facilitador de información con mayor énfasis en la explicación y el pensamiento crítico, en lugar de la fuente de difusión. Los sistemas de aprendizaje formal en algunos casos han sido más lentos para adoptar este modelo, preocupados legítimamente por la precisión del material y la consistencia.
Para la generación actual de nativos digitales que comienzan a usar tabletas y teléfonos inteligentes incluso antes de que puedan hablar, el aprendizaje social no es una alternativa sino una forma de vida inherente. El desafío es cómo arraigar el conocimiento del docente, sus habilidades y eficacia en la explicación de la extensión casi infinita de conocimiento que los estudiantes obtienen a través de publicaciones compartidas de Facebook, Twitter, YouTube y mensajes emergentes.
Considerado desde este ángulo, el desafío es realmente una oportunidad para fusionar la ubicuidad y la profunda capacidad de la información presente en estas plataformas, con la inspiración y el compromiso de los docentes que constantemente mejoran y se dedican al aprendizaje avanzado. El aprendizaje social ya está demostrando no es solo un sistema alternativo, sino la norma y la herramienta cada vez mayores que darán forma a la educación del mañana.
En síntesis, debido a los múltiples puntos de acceso de información, los estudiantes necesitan menos dirección para encontrar un conocimiento en particular. Lo que los estudiantes necesitan es un entorno seguro y estructurado donde puedan usar los recursos de su elección para discutir, comunicarse y colaborar. El aprendizaje puede ser más atractivo e interactivo, pero esto depende de la gestión de aprendizaje que realice los docentes.