En el presente, tanto los desastres naturales como los conflictos tienen efectos devastadores sobre los sistemas educativos. Cuando la instrucción se ve suspendida, el futuro de las personas se pone en el peligro. Este es un caso muy vivido en el momento actual, existe una gran tasa de estudiantes no escolarizados que viven en países frágiles o afectado.
La agenda 2030, reconoce esta realidad por lo que solicita a que se implementen políticas y estrategias para garantizar el derecho a que se preste una educación de calidad sean cuales sean las circunstancias. Por ello, es fundamental que los líderes educativos preparen planes, políticas y capacidades que garanticen que el personal docente y estudiante reaccionar de manera eficaz en tiempos de crisis. Luego, de un año en confinamiento por la pandemia a nivel mundial, las instituciones educativas deben crear nuevos planes que les permita salvar la vida de estudiantes y docentes.
En la agenda 2030, el cuarto apartado está dedicado a la Educación de calidad. Lo cual, invita a una reflexión de “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”. Por ello, es de gran importancia reforzar la función de la educación en base a los derechos humanos, paz, el ejercicio responsable de la ciudadanía local y global, igualdad de género, desarrollo sostenible y salud.
Por consiguiente, se invita a los líderes educativos adecuar y contemplar los aspectos tanto cognitivos como no cognitivos del aprendizaje. En otras palabras, ajustar los conocimientos, capacidades, valores y actitudes que precisan todas las personas para vivir una vida productiva, amparar disposiciones fundamentadas y adjudicarse en un rol activo. Por lo que la agenda contempla:
- Calidad de la educación primaria y secundaria.
- Calidad de la educación pre-escolar.
- Acceso igualitario a la formación superior.
- Competencias para acceder al empleo.
- Disparidad de género y colectivos vulnerables.
- Alfabetización y conocimiento de aritmética.
- Educación global para el desarrollo sostenible.
- Instalaciones educativas inclusivas y seguras.
- Becas para enseñanza superior.
- Cualificación de docentes.
En síntesis, la agenda 2030 señala que debe aumentar considerablemente la oferta de docentes cualificados, incluso mediante la cooperación internacional para la formación de docentes en los países en desarrollo, especialmente los países menos adelantados y pequeños estados insulares en desarrollo.