Una de las principales barreras para la comprensión de los estudiantes y la transformación escolar es el impulso de los docentes y administradores de ir rápido. Hoy en día, los educadores tienen más opciones que nunca para apoyar la enseñanza y el aprendizaje. Hoy en día, en tiempo de confinamiento se común escuchar preocupaciones como: fatiga de iniciativa, falta de tiempo, falta de comunicación y falta de resultados. Apoyar la enseñanza y aprendizaje puede requerir una etapa de planificación cuidadosa, seguida de un proceso de implementación completo.
De acuerdo con el autor Reeves (2010), “La ley de la fatiga de la iniciativa establece que cuando el número de iniciativas aumenta mientras el tiempo, recursos y energía emocional son constantes”. Por lo tanto, se puede reflexionar que cada nueva iniciativa, sin importar cuán bien concebida o intencionada, recibirá menos minutos, dinero y onzas de energía emocional.
Si los docentes no están implementando el programa correctamente o no tienen tiempo para practicar, la comprensión de los estudiantes se reducirá. Ninguna institución educativa intenta ampliar las brechas de rendimiento, pero demasiadas iniciativas o programas bien intencionados pueden dañar las posibilidades de apoyar a los estudiantes.
Son muchos los docentes que están haciendo la transición de la enseñanza y la planificación de forma aislada para operar como una comunidad de aprendizaje profesional. La mayoría de los docentes están de acuerdo con que esta, es una forma más eficiente de operar. Al principio, la participación es alta. No obstante, durante la fase de implementación, “existe una brecha entre la brújula y el reloj, entre lo que es profundamente importante para nosotros y la forma en que gastamos nuestro tiempo” (Covey, Merrill & Merrill, 1994, p. 16).
Si los líderes educativos no cambian, entonces es difícil para los docentes operar como una comunidad de aprendizaje profesional. Los educadores no pueden corregir la falta de tiempo, ya que el director está a cargo del calendario. Cuando se requiere que se los docentes implementen evaluaciones formativas, diseñen planes de unidad ricos en tecnología, brinden aprendizaje personalizado e implementen una nueva boleta de calificaciones basada en estándares, algo tiene que ceder. Una de las principales razones por las que las iniciativas educativas fracasan se debe a la falta de comunicación. Los directores y superintendentes asociados son competentes en el anuncio y la implementación inicial. Incluso pueden desarrollar una coalición de orientación para apoyar el proceso de cambio.
En síntesis, cuando se va demasiado rápido, no analizamos si nuestros esfuerzos están marcando una diferencia. La falta de resultados a menudo se atribuye a una iniciativa, por lo que los educadores comienzan a buscar la próxima iniciativa. Los educadores sienten la necesidad de ir rápido. Si bien se necesita un sentido de urgencia cuando se trata de apoyar a los lectores con dificultades e implementar programas para apoyar la comprensión de los estudiantes, se debe recordar reducir la velocidad y reflexionar.