Desde el simple acto de posicionarse frente a los estudiantes, se construye una relación, asimismo cuando un estudiante se encuentra con un docente en el aula virtual, se relacionan. Cuando reflexionamos sobre las experiencias docente-estudiante trae recuerdos de sentirse inspirado, aburrido o quizás ignorados. Los planes de estudio y resultados del aprendizaje son largos y muchas veces olvidados, pero el impacto de las relaciones sigue vivo.
La manera en que se conceptualiza la relación docente-estudiante varía importantemente en los ambientes de aprendizaje. Para algunos, el aspecto esencial de esta relación es lo que pasa entre el educador y el educando, como si la relación abarcara un espacio interpersonal a través del docente y la travesía del estudiante. Por ello, lo que existe entre los que se relacionan se describe de diversas maneras como un espacio, brecha o apertura que deja espacio para sucesos relacionales.
Las interacciones ocurren como transacciones intercambiadas de una persona a otra. Tal como lo sustenta Buber (1996) las relaciones se acentúan de acuerdo con las diferencias del «yo-eso». Estas Las conexiones tienden a objetivar a los participantes, la relación y naturaleza transaccional de la relación. No obstante, la inquietud de Palmer (1999) es que las relaciones se reducen a una manera objetivada de relacionar la técnica del privilegio y la eficiencia sobre la relación.
Para otros, la relación habla de una conexión que existe, una conectividad que es básica para nuestra humanidad (Bennett 1997). La conectividad enfatiza la relación holística en lugar del espacio entre los que se relacionan. En los procesos educativos donde se valoran la conectividad relacional se busca nutrir la integridad de los estudiantes a través de una preocupación genuina para la relación docente-alumno.
Por lo tanto, durante el regreso a clases luego de un largo periodo de confinamiento es de suma importancia reestructurar las relaciones dentro del contexto de interconexión, de los muchos compartidos en el confinamiento y que coexisten en las experiencias de la vida cotidianas. Como lo hace notar Palmer en sus reflexiones “muchas relaciones dentro de un contexto particular se asemejan a una red de relaciones comunales” (1998, 95).
Si bien es valioso teorizar a partir de datos empíricos sobre relación, es igualmente importante considerar los caminos o métodos, donde el docente revela un asunto diferente. Son muchos los docentes que actualmente se sienten presionados por el tiempo y actividades para completar en la lección. Preocupado por el movimiento y ritmo de la lección, el docente trabaja para mantener a los estudiantes concentrados. El docente está tan concentrado en asegurar que los estudiantes reciben el contenido que necesitan, que pasa por alto sus necesidades más humanas, relacionarse.
En síntesis, las relaciones son esenciales para la experiencia educativa ya sea estas reconocidas o no. Cuando la relación entre un docente y estudiante es buena, pone en primer plano la experiencia de enseñanza-aprendizaje para los involucrados. Las disposiciones y sensibilidades de un educador hacia las relaciones son esencial para el esfuerzo educativo. Los docentes que inspiran poseen disposiciones y sensibilidades, saltan a experiencias relacionales, aprovechan el momento relacional y su movimiento.