Una de las fortalezas de un entorno digital es su naturaleza altamente interconectada y esto es particularmente relevante para las redes de aprendizaje personal, donde el acceso a la información y recursos supera con creces todo lo anterior, tanto en términos de variedad como de volumen. Además, en un entorno de este tipo, la información cambia rápidamente y las personas deben participar en un aprendizaje continuo para seguir el ritmo, ya sea en una capacidad profesional, personal o cívica. Por ende, una excelente herramienta para manejar datos que crecen y se expanden rápidamente es crear una Red de Aprendizaje Personal (PLN) (Delaney & Redman, 2014; Pérez, 2012; Trust, 2012).
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