La resolución de problemas es una destreza empleada en el proceso de aprendizaje, que puede operar en todos los niveles educativos. Esta técnica implica la identificación y solución de un problema, utilizando habilidades cognitivas y metacognitivas para llegar a una solución efectiva.
En el nivel primario, de la resolución de problemas se enfoca en desarrollar habilidades básicas como la observación, análisis y síntesis. Los estudiantes aprenden a identificar problemas simples y a buscar soluciones creativas. En el nivel secundario, se espera que los estudiantes sean capaces de resolver problemas más complejos utilizando técnicas avanzadas como la deducción lógica y el razonamiento abstracto.
Por lo tanto, es pertinente señalar que en cada etapa, se ejercitan diferentes habilidades de pensamiento, como pensar, compartir e interactuar. Por ello, es necesario que cada estudiante conozca las respuestas a las siguientes interrogantes:
- ¿Cuál es el problema? El problema debe ser definido; esta etapa implica llegar a una comprensión clara del objetivo final o analizar la verdadera naturaleza de lo que se requiere.
- ¿Qué posibles soluciones hay? Los solucionadores de problemas deben recurrir al pensamiento “creativo” o “lateral”, extendiendo sus pensamientos a todas las formas en que se puede encontrar una solución. No hay soluciones incorrectas. En el proceso de elegir aquellas ideas que tienen más probabilidades de lograr el resultado deseado, la lluvia de ideas, particularmente en grupos de niños pequeños, genera una interacción frenética. El pensamiento es activo y rápido.
- ¿Cuáles son las soluciones posibles? En esta etapa se emplea el pensamiento analítico, desglosando cada idea y discutiendo su factibilidad. El número de ideas avanzadas durante la sesión de lluvia de ideas debe reducirse a las que se pueden lograr con los recursos disponibles.
- ¿Qué solución es la más adecuada? Esta etapa implica la toma de decisiones, la negociación y comparación, empleando un proceso de pensamiento que es crítico; consiste en sopesar una idea frente a la otra y discutir sus ventajas e inconvenientes hasta llegar a un acuerdo sobre una solución.
En síntesis, en el nivel universitario, la resolución de problemas se convierte en una herramienta fundamental para el desarrollo del pensamiento crítico. Los estudiantes deben ser capaces de analizar situaciones complejas desde diferentes perspectivas y encontrar soluciones innovadoras. Por ende, la resolución de problemas es una estrategia fundamental para el aprendizaje efectivo en todos los niveles educativos. Al fomentar esta técnica entre los estudiantes, se promueve su capacidad para enfrentar desafíos futuros con éxito.