De acuerdo, con el autor Tedesco “el desvanecimiento o la pérdida relativa del sentido de la educación,no sería más que un reflejo de la carencia de perspectivas a largo plazo, es decir, de la falta de sentido del nuevo capitalismo”.
La necesidad de enlazar los planteamientos y los criterios de actuación, que permiten hacer una fachada a los retos derivados del desvanecimiento del sentido en la educación no debe interpretarse como la falta de interés o un alejamiento de las preocupaciones y problemas inmediatos de los actores directamente implicados en la educación, especialmente del docente y del estudiante. Tampoco, esto se debería utilizar como una excusa para no seguir solicitando el desarrollo y la aplicación de medidas en relación con las cuales se sabe desde hace mucho tiempo, porque lo que se está al tanto, que si se emplean correctamente, es decir, de forma coherente y articulada, con los recursos necesarios y con continuidad suficiente, tienen un impacto positivo importante sobre la calidad de la educación.
Podemos mencionar algunos ejemplos muy conocidos por todo el universo educativo y mil veces repetidos en la vida diaria, como propuestas relacionadas con:
- La formación inicial e imborrable del docente.
- El acceso a la función docente.
- Las programaciones y procesos de rendición de cuentas.
- La preparación de materiales didácticos.
- La creación de servicios y redes de apoyo al docente.
- La reestructuración de los servicios, orientación educativa, psicopedagógica y de atención a la diversidad.
- La mejora de las condiciones laborales del docente.
- La promoción de la innovación educativa.
- La autonomía de los centros educativos.
- El trabajo en equipo del docente.
- El apoyo a los proyectos institucionales.
- La apertura de los centros educativos a la comunidad.
- El reforzamiento de la capacidad de liderazgo de los personales de dirección.
- La incorporación de las nuevas tecnologías a los centros educativos a las actividades de enseñanza y aprendizaje.
- La promoción de la investigación educativa.
- La revisión de las metodologías de enseñanza.
- La adopción de enfoques interculturales.
- El aumento de la inversión en educación.
- El aumento y el reforzamiento técnico de la supervisión educativa, etc.
Como síntesis, podemos decir, que la autoexigencia que correspondería imponerse todos los que trabajan en el ámbito de la educación escolar, especialmente las personas quienes más protagonismo y más responsabilidad en la planificación, organización y gestión de los sistemas educativos para intentar ir más allá, de lo ya evidente, de lo ya ensayado y probado, en el abordaje de estos y otros aspectos del sistema educativo. Y también, el compromiso de implicarse a fondo en la búsqueda de nuevas perspectivas, de nuevas categorías de análisis, de nuevos enfoques, en el tratamiento de estos y otros aspectos; porque es cierto que la mayoría de las personas involucradas, por no decir todos, no pueden plantearse ni abordarse como si el escenario social, económico, político y cultural de la educación. Por lo tanto, si esto hubiese sido positivo, entonces, no hubiera transformado de forma importante en las últimas décadas.