A medida que el mundo se conecta cada vez más, muchas universidades y escuelas secundarias se han esforzado por «globalizar» su plan de estudios. Ese es un objetivo digno, pero lograrlo no es fácil. El desarrollo de contenido global lleva mucho tiempo para los instructores y hay pocas pautas que se aplican en todas las disciplinas.
La Educación Global es una propuesta educativa que ofrece a los estudiantes la posibilidad de adquirir competencias emocionales y sociales a través del voluntariado internacional y la educación experiencia. La introducción a una clase con este tipo de aprendizaje debe comenzar con los problemas globales para las especialidades. La experiencia del aprendizaje cuando el aula incluye la mirada global supone que es fundamental hacerse buenas preguntas y que eso es necesario entrenarlo. Algunas características de esta son: su generatividad, es decir, sus potencialidades, sus posibilidades y sobre todo su capacidad para dar luz a un espacio de la realidad que estaba oculto o invisibilizado u olvidado.
Por lo tanto, se puede señalar que existe un grupo de metodologías, que facilitan esta cultura de “preguntas” y que de manera más amplia se ha denominado una “cultura de pensamiento”. Es interesante observar cómo la cultura de pensamiento no es un ejercicio puramente racional, sino que tiene una ineludible parte emocional.
Un ejemplo en el último curriculum español donde indica un estándar de aprendizaje como “Reconoce las partes de un cromosoma utilizándolo para construir un cariotipo” (BOE, pág. 211, 3.1.). Pero, también se puede construir estándares que estudien su impacto en la realidad: “Interpreta críticamente las consecuencias de los avances actuales en el campo de la biotecnología (BOE, pág. 211, 15.1.)”. Lamentablemente este tipo de estándares son difíciles de encontrar; aún más si señalamos empatía sobre determinadas situaciones: “conecta y empatiza con las personas…”.
El aprendizaje global es imprescindible en la adquisición de las competencias del siglo XXI. Reconociendo que los docentes son el recurso más estratégico en la formación de los estudiantes para ser ciudadanos globales.
En síntesis, para lograr una Educación verdaderamente adaptada a la era de la Globalización, debe adaptarse a la educación online. Con esta, las universidades dejan a un lado aspectos geográficos o de cupos de matrícula para la inscripción a sus cursos y permiten la formación de estudiantes de diferentes nacionalidades. Toda acción que no involucre limitaciones geográficas en la formación puede indicarse como una acción capaz de promover la Globalización en la Educación.