Hoy en dia, la educación vive grandes transformaciones, lo cual, solicita a gran escala una educación calidad para si cumplir con las demandas de la sociedad actual. Por supuesto, no existe un lineamiento para establecer el aprendizaje del siglo XXI, pero ver la manera en que otros docentes inspirados persiguen una idea puede, ayuda a mejorar el quehacer pedagógico de otros. Por tal motivo, es de suma importancia conocer la importancia de la inclusión del autoconocimiento, así como pasar de la idea de contenido al verdadero conocimiento disciplinario, en otras palabras, ver el conocimiento en contexto y aplicación.
El conocimiento disciplinario podría verse simplemente como un conjunto de hechos estáticos que deben memorizarse, ejemplos: tablas de multiplicar, fechas históricas, conjugaciones de verbos o fórmulas científicas. Los estudiantes necesitan estos datos para aprender material y prepararse para los exámenes, pero los hechos por sí solos no preparan al estudiante para practicar una disciplina profesional. Los estudiantes deben poder conectar la información que aprenden con la manera en que se utiliza en el campo. Pensar como un practicante significa conocer los hechos junto con las herramientas y hábitos mentales de un matemático, historiador, lingüista o científico.
En ciencias, además de aprender reglas y fórmulas, los estudiantes pueden encontrar espacios de problemas en lugar de encontrar preguntas ordenadas que se les entreguen completamente formadas. Como científicos, su trabajo comenzaría con la construcción y prueba de hipótesis, planteando una pregunta y luego descubriendo una manera de responderla, como lo hacen los científicos profesionales.
El conocimiento del contenido disciplinario se puede considerar como la comprensión de un individuo de los conceptos de la materia y cómo estos conceptos se relacionan para formar el cuerpo más amplio de conocimiento. Los autores Hill & Ball (2004) se refieren a este tipo de conocimiento como «conocimiento común del contenido»; además, Ferrini-Mundy, Floden, McCrory, Burrill & Sandow (2005) lo llaman «conocimiento de contenido básico». En otras palabras, es otra manera de pensar sobre el conocimiento común o básico de los contenidos disciplinarios es como el conocimiento que poseen todos los profesionales que utilizan las ciencias o las matemáticas en su trabajo.
Este tipo de conocimiento no es exclusivo de los docentes, pero definitivamente tiene conexiones importantes con la enseñanza. Existe un acuerdo general en que los educadores necesitan conocer el contenido disciplinario que enseñan, pero existen múltiples puntos de vista sobre lo que significa conocer ese contenido o cuál es la manera adecuada para que los docentes lo conozcan.
En síntesis, la idea de conocimiento del contenido pedagógico se ha ampliado tanto elaborando como añadiendo los aspectos que el autor Shulman (1986) identificó por primera vez, el contenido pedagógico no solo se aplica a situaciones específicas relacionadas con el contenido que se pueden predecir, sino que los docentes también necesitan un conocimiento amplio y flexible de cómo los estudiantes piensan sobre el contenido, para luego establecer las decisiones de instrucción que surgen de formas imprevistas.