Durante años, los docentes se basaron en, que el propósito general de la institución educativa es transferir conocimiento y preparar a los jóvenes para participar en la sociedad democrática. Pero, como lo sustenta el autor Carter, esa definición es insular e inadecuada en el siglo XXI. Actualmente, se desea que el propósito de las instituciones educativas, sea preparar a los educandos para competir en el entorno global.
Es importante tener en presente en el aula de clases, que para enseñar el pensamiento creativo y analítico se debe despertar la curiosidad, la imaginación y el amor por el aprendizaje de la vida. El propósito de la educación, debería ser en el momento actual, enseñar lo básico para que todos tengan una oportunidad de vida. Crear adultos comprensivos y compasivos, que esto significa tratar a los niños con compasión y cuidado. La educación es solo una piedra angular para crear una comunidad vital y sostenible. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar para ayudar a los más pequeños a crecer, prosperar y cumplir con su potencial. Y, por ende, los padres son la constante en la ecuación, las instituciones educativas y los docentes son las variables.



