La crisis general que se ha abatido por todo el mundo moderno, es la crisis periódica en la educación, que, al menos durante la última década, se ha transformado en un problema político de primer orden. Sin duda, no se requiere una gran imaginación para detectar los peligros de una disminución progresiva y constante en los niveles medios en todo el sistema educativo; los invulnerables y vanos esfuerzos de las autoridades educativas para hacer frente a esta corriente, subrayan ya suficientemente, la seriedad del problema.
No obstante, si se compara esta crisis en la educación con las experiencias políticas de otros países y con la agitación revolucionaria que siguió a la Primera Guerra Mundial, con los campos de concentración y exterminio, o incluso con el profundo malestar que, a pesar de todos los aspectos de prosperidad, se ha extendido por todo el mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial, resulta entonces es un poco difícil tomar la crisis en la educación con la seriedad que merece. Es atrayente, considerarlo como un fenómeno local, desconectado de los grandes problemas del siglo y cuya responsabilidad ha de atribuirse a ciertas particularidades de la vida que no parecen tener equivalente en otras partes del mundo.
De acuerdo, con el informe sobre el desarrollo mundial del 2018, listaremos a continuación las dimensiones de la crisis en la educación.
1. Los resultados de aprendizaje poco satisfactorios. El aprendizaje que se supone que debería garantizar la institución educativa, a menudo no ocurre. Debido a que los niveles de aprendizaje son bajos, y no solo en los países más pobres, las desigualdades en los resultados de aprendizaje son elevadas.
2. La crisis del aprendizaje son sus causas inmediatas. Las instituciones educativas se manifiestan en el quiebre de la relación entre la enseñanza y el aprendizaje. Debido a que estudiantes no llegan al aula preparados para aprender, la malnutrición, las enfermedades, las escasas inversiones parentales y las difíciles condiciones asociadas con la pobreza menoscaban el aprendizaje en la primera infancia.
3. Las causas sistémicas más profundas. Todos estos quiebres en las instituciones y las comunidades responden a factores sistémicos más profundos. Y, esto es debido a las dificultades técnicas importantes, como son: las partes del sistema deben estar alineadas en torno al aprendizaje y guardar coherencia entre sí, y los actores en todos los niveles deben tener la capacidad de implementación necesaria, los actores tienen diferentes intereses, más allá del aprendizaje, los burócratas se centran más en mantener contentos a los políticos y a los docentes, en lugar de promover el aprendizaje de los estudiantes, o sencillamente tratan de proteger sus propios puestos.
En síntesis, los docentes cuando están motivados por un sentido de misión, pueden concentrar sus esfuerzos en mantener la seguridad en el empleo y proteger sus ingresos. Nada de esto significa, que a los actores en el ámbito de la educación no les interese el aprendizaje, sino más bien que los intereses en conflicto pueden pesar más que los intereses alineados en torno al aprendizaje, sobre todo en el caso de los sistemas mal administrados. Debido a estas dificultades técnicas y políticas, muchos sistemas se encuentran atrapados en equilibrios con bajo nivel de aprendizaje, caracterizados por la falta de rendición de cuentas y un alto nivel de desigualdad.