Una de las importantes funciones de los padres, además de la responsabilidad de satisfacer las necesidades básicas de alimentación, salud, vestido, vivienda, educación y de crecimiento espiritual como la comprensión, el amor y la atención hacia sus hijos, es el apoyo familiar en las diferentes etapas del proceso educativo, especialmente cuando se presentan dificultades de aprendizaje.
En la familia es importante elaborar criterios o normas con la participación de los hijos, para que los padres puedan apoyar o controlar el estudio de cada niño en la casa, podemos hacer referencias a algunos ejemplos, tales como:
1. El estudiante debe hacer un horario en donde detalle las horas que va a dedicar de cada día a estudiar.
2. Se debe adecuar en la casa un lugar que favorezca la concentración para estudiar y hacer las tareas.
3. Proporcionarles el material necesario para estudiar o hacer sus asignaciones.
4. Cuando se termina el tiempo dedicado al estudio, se debe procurar que haga otras actividades que le agradan.
5. Ayude en lo posible a no interrumpir las horas de estudio.
6. Contribuya con su actitud positiva a que sus hijos les agrade el estudio y no lo vean como una obligación.
No obstante, si su hijo o hija presenta dificultades al estudiar busque apoyo con el docente de aula o especialista. Se debe tener presente conversar con los hijos acerca de:
¿Es suficiente el tiempo que dedicas a cada materia?
¿Qué criterios decides el trabajo personal para cada día de la semana?
¿Es la forma o método para estudiar un tema?
¿Como compruebas cada día que has aprendido cada tema o, que los ejercicios están bien realizados?
¿Te cuesta mucho empezar a estudiar cada día?
¿Que materia te gusta más y cuál te gusta menos?
En síntesis, existen otras actividades que pueden ayudar a complementar el apoyo de los padres en el proceso educativo, como las siguientes: leer el libro de texto, de consulta y de lectura. Revisar periódicamente los apuntes de clases de sus hijos. Preguntar al educando sobre lo visto en clase. Los padres muchas veces le dan demasiada importancia a las notas o calificaciones que los hijos obtienen en cada materia; pero éste no debe ser el único aspecto a evaluar en los estudios de los estudiantes, los padres deben también valorar fundamentalmente el aprendizaje de cada uno, que muchas veces no coincide con lo que expresa una calificación.