Cuando estudiamos al docente en su rol como un retador debemos suponer identificarlo como actor en el proceso de enseñanza, es decir, un sujeto activo y comprometido con las personas con quienes trabaja, con su contexto, sus dilemas, sus opciones y alternativas posibles. Por eso, tal vez el primer desafío viene por parte de los estudiantes hacia los docentes. Son ellos quienes nos desafían con sus preguntas, sus intereses, sus conocimientos, afirmaciones o negaciones sobre los contenidos a trabajar, su percepción sobre nosotros: sobre nuestro rol, nuestras capacidades o nuestros comportamientos.
Ahora bien
1. ¿Cuándo el estudiante puede desafiar al docente? Cuando el estudian puede cambiar el marco y experimentar con las herramientas que domina, estará efectuando sus verdaderos progresos. No se trata de un momento unido a una variable exclusivamente temporal y lineal, sino a las condiciones inherentes al vínculo que se establece entre docentes y alumnos. Tampoco implica, como se verá, un requisito excluyente del campo disciplinar de referencia.
2. ¿Es ese el tema? La palabra es esa, siempre hace que estén prendidos. Lo mismo te decía hoy. Los estudiantes pese a creer que no es así, van a encontrar piedras, se van a cansar, van a pensar que no pueden, que no es constante, no es un estado permanente, es como la vida.
Sentirnos desafiados por los estudiantes con quienes trabajamos, es quizás la primera actitud democrática que podemos poner en práctica para generar condiciones y disposiciones de aprendizaje. Lo hacemos cuando asumimos y promovemos una actitud de dialogo, generando las posibilidades para el aprendizaje, cuando admitimos que no sabemos absolutamente todo sobre los contenidos a tratar; cuando aceptamos que los estudiantes tienen sus saberes, sus interrogantes y sus exigencias; pero, a la vez, cuando sabemos que podemos enfrentar este desafío porque nos hemos preparado lo mejor posible; que tenemos criterios, herramientas y procedimientos para abordar con creatividad y rigor el tema en cuestión. En síntesis, asumir y promover una actitud dialógica, antes que declarativa y prescriptiva, se constituye en una actitud docente construida en el tiempo.
¿Qué cosas les preocupa a los docentes desde ese día que comenzaron, qué cosas les preocupaban en la docencia?
Lo que realmente les preocupa es despertar en los estudiantes la inquietud de estudiar, escuchar, etc. es casi como estudiar el universo, es meterse en las moléculas entre tantas disciplinas marcadas que hay.
¿Qué tiene que hacer un buen docente?
Mantener a los estudiantes entusiasmados con la posibilidad de conocer. Que sea una cosa que “que atrape”, no por conocer “si no descubrir ” Es lo que llamábamos “campañas de la alegría”.
Y es aquí donde la pasión se convierte en un componente esencial entre docentes y estudiantes, porque la pasión construye pertenencia por el objeto que nos es común. Al respecto señala
Ser apasionado por enseñar no consiste sólo en manifestar entusiasmo, sino también en llevarlo a la práctica de manera inteligente, fundada en unos principios y orientada por unos valores. Los docentes eficaces tienen pasión por su asignatura, pasión por sus alumnos y la creencia apasionada en que su yo y su forma de enseñar pueden influir positivamente en la vida de sus alumnos, tanto en el momento de la enseñanza como en días, semanas, meses e, incluso, años más tarde. Para los docentes que se preocupan, el estudiante como persona es tan importante como el estudiante en cuanto aprendiz.
Los modos que asuma el desafío de enseñar y aprender se construyen, se resignifican y recrean en estrecha interacción de aprendices y docentes. Podemos desafiar al grupo con preguntas y materiales de apoyo para incorporar más elementos de información y nuevas perspectivas; cuestionando sus afirmaciones o negaciones; generando debate en torno a sus percepciones; aportando nuevos contenidos desde nuestro dominio del tema; contribuyendo a sintetizar ideas; conduciendo un proceso de reflexión progresivamente más complejo o profundo; incentivando la capacidad crítica, la búsqueda, la investigación y la construcción de aprendizajes individuales y colectivos de los cuales también nos beneficiamos.
En nuestra opinión, enseñar es lo mismo en todas partes del mundo. Se tiene que buscar que sea un material atractivo, que tenga una cara oculta ¡Que todos quieren conocerla! Entonces me muevo, me empiezo a mover, busco. Así, cada desafío que planteemos de nuestra parte, generará una nueva respuesta que se convertirá en un nuevo desafío hacia nosotros, docentes desafiadores y apasionados; en definitiva, abrirnos a nuevos aprendizajes.