En la práctica escolar nos encontramos en el aula de clases, con estudiantes con déficit de atención sin que los docentes tengan información sobre ello, fundamentalmente por dos razones:
1. La primera aún existe muchos estudiantes sin diagnosticar, por desconocimiento del trastorno por parte de padres y docentes.
2. En segundo lugar, existe un número de casos que aún teniendo diagnosticado no se informa al centro para evitar rechazo escolar y social.
No todos los problemas son por la dificultad para concentrarse, además puede tener dificultades para analizar los requisitos de una actividad, generar estrategias de solución de problemas y evaluar su propio rendimiento. Por ello, son muy beneficiosos los métodos basados en la autorregulación o aprendizaje auto-instruccional, con los que aprende a usar su propio lenguaje interior para organizar las asignaciones y llegar a las mejores soluciones. Se consideran muy apropiadas la realización de actividades de relajación y las que mejoren su nivel de atención.
Antes de tomar decisiones, el docente de tener en cuenta el informe del estudiante y las orientaciones educativas que nos den los profesionales encargados de estos casos. El objetivo es que el educando cambie. La práctica correcta es alterar el entorno para que se adapte al estudiante hiperactivo, y no alterarlo para que se adapte a la sociedad, para ello, el docente de Educación Física tiene un papel fundamental.
Presentamos un listado de algunas actuaciones que el docente no debería realizar en el aula de clases:
1. No se debe mostrar impaciencia
2. No se debe suponer que evita el trabajo.
3. No se debe pensar que el estudiante trabaja mal deliberadamente.
4. No se debe dejar de comprometer a los padres.
5. No se debe tener miedo de probar, modificar y hacer excepciones.
6. No se debe avergonzarlo delante de los demás cuando algo no les salga bien.
7. No se debe sentar para tratar de frenarles su actividad, esto los alterará y empeorará su conducta en vez de tranquilizarlos.