La morfosintaxis es una disciplina estructural, que está formada por dos niveles integrados de la lengua: la morfología y la sintaxis. Ambas, como disciplinas formales, tienen como objetivo principal el análisis descriptivo de las distintas construcciones lingüísticas, transmitidas a partir de distintos procesos y unidades concretas del sistema.
Desde hace varios años, la enseñanza del español en las instituciones educativas se ha comprendido como la aproximación a escasos elementos estructurales de la lengua, pues no se ha asumido un valor importante a la gramática y la ortografía de la lengua, lo cual ha causado un desinterés por parte de los educandos hacia dicho aprendizaje. Esto exterioriza que la enseñanza de la gramática no es concebida desde la perspectiva de conciencia lingüística, sino como un tema más a cubrir dentro del programa educativo.
Todo este fenómeno ha dejado consecuencias sobre los estudiantes. La enseñanza de ciertos valores gramaticales explícitos ha sido cuestionada en la enseñanza de las lenguas por ser limitante en el proceso de aprendizaje de la lengua. La morfosintaxis está orientada a facilitar al educando el perfeccionamiento de su competencia gramatical, mediante la práctica de ejercicios de tipología variada conducentes a vencer los errores antiguos, desde la aproximación a una visión teórico-práctica de las estructuras gramaticales y léxicas del español, de las relaciones que se establecen en la oración y su uso más vivo y actual.
En todo proceso de enseñanza – aprendizaje de una segunda lengua se debe tener en cuenta el valor de la instrucción estructural de la misma, ya que se desenvuelve como elemento fundamental para la apropiación del idioma. Cuando se habla de aprendizaje se tiene en cuenta el contexto en que se realiza, ya que se desarrolla como lengua extranjera en un país de habla diferente a la materna del aprendiz. En cambio, si hablamos de adquisición, la lengua sería parte natural del contexto de habla. En el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera, se asume que la lengua materna está fundamentada de tal forma que sólo es necesario realizar análisis de gramática comparada entre las dos lenguas para así poder desarrollar la lengua extranjera con elementos ya alcanzados en el idioma materno.
En síntesis, el concepto de formación se extiende al proceso desarrollo en todas las áreas de la persona como mecanismo generador de perspectivas diferentes sobre el aprendizaje de las lenguas. Es decir, no es sólo la esquematización de la lengua como instrumento de la comunicación, sino que permite llevar los idiomas a un nivel de aprendizaje óptimo por medio de una asimilación consiente de cada uno de los elementos que constituyen las lenguas, los cuales llevan a un mejor uso de dichos idiomas.