El aprendizaje tiene que comenzar y terminar con uno mismo: ¿qué conozco y cómo se puede relacionar con el mundo que me rodea?
Si tiene éxito, debería, por diseño, dar como resultado un cambio personal y social a través de una combinación de autodirección, reflexión y colaboración con las ideas y las personas que las tienen. Lo que nos lleva a la empatía. El rol de la empatía en el aprendizaje tiene que ver con el flujo de información y creatividad. Una interacción dialógica con el mundo que nos rodea requiere que nos comprendamos a nosotros mismos al comprender las necesidades y condiciones de quienes nos rodean. Además, anima a tomar medidas colectivas en lugar de las singulares, forzando a una interdependencia intelectual que cataliza otras herramientas de aprendizaje sutiles pero poderosas.
La empatía y la introspección son herramientas no solo de interdependencia emocional, sino de «cambio social radical». Krznaric teoriza que el siglo XX es la era de la introspección, pero el XXI es uno de «salir de nosotros mismos» para experimentar el mundo a través de otras perspectivas, algo cada vez más importante en una sociedad super conectada. Actualmente, debe parecer bastante claro que la empatía es un activo importante de la personalidad, pero es posible que se pregunte cómo encajar entre sus planes de lecciones actuales. Aquí hay algunas ideas para comenzar:
1. Se un ejemplo. Recuerde que sus estudiantes lo vigilan. Aprenden de su carácter y comportamiento tanto como lo hacen de su instrucción. Sea un ejemplo constante de empatía y exuda una actitud comprensiva, comprensiva y afectuosa. Seguirán su ejemplo.
2. Crear el ambiente. Es importante que sus estudiantes confíen en usted y en los demás. Si se establece un entorno comprensivo y confiable, es más probable que se abran y muestren características positivas el uno hacia el otro.
3. Incluya historias. Las historias son quizás lo más cercano que tenemos a «caminar en la piel de otra persona». Esto lo hace más humanos y permite desarrollar capacidad de comprender y simpatizar con las experiencias de los demás.
4. Trabajar en estrategias de comunicación. Los sentimientos son muy diferentes de las palabras. Es importante que se preste atención a ayudar a los estudiantes a encontrar las palabras para explicar sus sentimientos, tanto al hablar como al escribir.
5. Ofrecer tareas grupales colaborativas. A medida que los estudiantes trabajan juntos en tareas o desafíos específicos, experimentan una especie de formación de grupo que los une. La victoria o el fracaso compartidos les brinda una experiencia de colaboración que les exige ejercitar esos músculos de empatía con sus compañeros.
6. Identificar valores compartidos y diferencias. Las discusiones y actividades ayudan mucho a los estudiantes a ver cómo se alinean o se diferencian de los demás. Facilite oportunidades para que los estudiantes sean abiertos entre sí y descubran de manera segura las perspectivas de los demás.
7. Juego libre y estructurado. Jugar en el patio de recreo y en el aula construye vínculos entre grupos que abren los carriles para la comprensión mutua. Aliente a los estudiantes a jugar juntos, e incluso entrénelos en sus interacciones y consecuencias.
En síntesis, la empatía, es el poder de comprender perspectivas distintas a la suya, es una habilidad esencial que todas las personas deben dominar, y es una de las estrategias de enseñanza más importantes en las que los docentes deben enfocarse. La empatía es fundamental para construir puentes entre los individuos, comprender las emociones complejas de los demás, obtener una perspectiva diversa y aprovechar las relaciones para la colaboración y el progreso.
